Reina Valera 1989

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Números 24

1 Cuando Balaam vio que a Jehovah le parecía bien que bendijese a Israel, no fue como las otras veces en busca de encantamientos, sino que afirmó su rostro hacia el desierto.

2 Balaam alzó sus ojos y vio a Israel acampado según sus tribus, y el Espíritu de Dios vino sobre él.

3 Entonces pronunció su profecía y dijo: “Dice Balaam hijo de Beor, dice el hombre cuyo ojo es perfecto;

4 dice el que escucha los dichos de Dios, el que ve visión del Todopoderoso, caído, pero con los ojos abiertos:

5 “¡Cuán hermosas son tus tiendas, oh Jacob; tus moradas, oh Israel!

6 Se extienden como vegas, como huertos junto al río, como áloes plantados por Jehovah, como cedros junto a las aguas.

7 El agua correrá de sus baldes; su simiente tendrá agua en abundancia. Su rey será más grande que Agag; su reino será enaltecido.

8 “Dios que lo ha sacado de Egipto es para él como los cuernos de un toro salvaje. Devorará a las naciones enemigas; desmenuzará sus huesos y las destrozará con sus flechas.

9 Se agacha y se echa cual león; y como leona, ¿quién lo despertará? ¡Benditos sean los que te bendigan, y malditos los que te maldigan!”

10 Entonces se encendió el furor de Balac contra Balaam, y dando palmadas Balac dijo a Balaam: —¡Yo te he llamado para que maldigas a mis enemigos, y he aquí tú los has colmado de bendiciones estas tres veces!

11 ¡Ahora lárgate a tu lugar! Yo dije que te llenaría de honores, pero he aquí Jehovah te ha privado de honores.

12 Y Balaam respondió a Balac: —¿Acaso no hablé yo a tus mensajeros que me enviaste, diciendo:

13 “Aunque Balac me diera su casa llena de plata y de oro, yo no podría transgredir el mandato de Jehovah, para hacer cosa alguna, buena ni mala, por mi propia voluntad, y que sólo lo que Jehovah dijera, eso diría yo”?

14 Ahora, he aquí me voy a mi pueblo. Por tanto, ven, te advertiré lo que este pueblo ha de hacer a tu pueblo en los últimos días.

15 Entonces pronunció su profecía y dijo: “Dice Balaam hijo de Beor, dice el hombre cuyo ojo es perfecto;

16 dice el que escucha los dichos de Dios, el que tiene el conocimiento del Altísimo; el que ve visión del Todopoderoso, caído, pero con los ojos abiertos:

17 “Yo lo veré, pero no ahora; lo contemplaré, pero no de cerca: Una estrella saldrá de Jacob, se levantará un cetro de Israel. Aplastará las sienes de Moab y los cráneos de todos los hijos de Set.

18 También Edom será conquistada; Seír será conquistada por sus enemigos. Pero Israel hará proezas;

19 uno de Jacob dominará y destruirá a los sobrevivientes de la ciudad.”

20 Al ver a Amalec, pronunció su profecía y dijo: “Amalec fue la primera de las naciones, pero su final será destrucción.”

21 Al ver a los queneos, pronunció su profecía y dijo: “Firme es tu habitación, y pones en la peña tu nido.

22 Pero los queneos serán destruidos. ¿Para cuándo Asiria te tomará cautivo?”

23 Luego pronunció su profecía y dijo: “¡Ay! ¿Quién vivirá cuando Dios haga esto?

24 Saldrán naves de la costa de Quitim, que humillarán a Asiria, y humillarán a Heber; pero también él vendrá a destrucción.”

25 Entonces Balaam se levantó y se fue de regreso a su tierra. También Balac se fue por su camino.