Reina Valera 1989

1178/1189

Apocalipsis 11

1 Entonces me fue dada una caña, semejante a una vara de medir, y se me dijo: “Levántate y mide el templo de Dios y el altar, y a los que en él adoran.

2 Y deja aparte el atrio de afuera del templo. Y no lo midas, porque ha sido dado a los gentiles, y ellos pisotearán la ciudad santa por cuarenta y dos meses.

3 Yo mandaré a mis dos testigos, y ellos profetizarán por 1.260 días, vestidos de cilicio.

4 Ellos son los dos olivos y los dos candeleros que están delante del Dios de la tierra.

5 Si alguien les quiere dañar, fuego sale de la boca de ellos y devora a sus enemigos. Cuando alguien les quiera hacer daño, tiene que morir de esta manera.

6 Ellos tienen poder para cerrar el cielo, de modo que no caiga lluvia durante los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas, para convertirlas en sangre y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.

7 Cuando hayan concluido su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, los vencerá y los matará.

8 Y sus cadáveres estarán en la plaza de la gran ciudad que simbólicamente es llamada Sodoma y Egipto, donde también fue crucificado el Señor de ellos.

9 Y por tres días y medio, la gente de los pueblos y de las razas y de las lenguas y de las naciones miran sus cadáveres; y no permiten que sus cadáveres sean puestos en sepulcros.

10 Y los habitantes de la tierra se gozan sobre ellos y se alegran. Y se enviarán regalos unos a otros, porque estos dos profetas habían sido un tormento para los habitantes de la tierra.

11 Después de los tres días y medio el aliento de vida enviado por Dios entró en ellos, y se levantaron sobre sus pies. Y un gran temor cayó sobre los que los veían.

12 Oyeron una gran voz del cielo que les decía: “¡Subid acá!” Y subieron al cielo en la nube, y sus enemigos los vieron.

13 Y en aquella hora se produjo un gran terremoto, y cayó la décima parte de la ciudad. Murieron por el terremoto 7.000 hombres, y los demás estaban aterrorizados y dieron gloria al Dios del cielo.

14 Ha pasado el segundo ay. He aquí el tercer ay viene pronto.

15 El séptimo ángel tocó la trompeta. Y en el cielo se oyeron grandes voces que decían: “El reino del mundo ha venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo. El reinará por los siglos de los siglos.”

16 Y los veinticuatro ancianos, que estaban sentados en sus tronos delante de Dios, se postraron sobre sus rostros y adoraron a Dios

17 diciendo: “Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, que eres y que eras, porque has asumido tu gran poder, y reinas.

18 Las naciones se enfurecieron, pero ha venido tu ira y el tiempo de juzgar a los muertos y de dar su galardón a tus siervos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, tanto a los pequeños como a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.”

19 Y fue abierto el templo de Dios que está en el cielo, y se hizo visible el arca de su pacto en su templo. Entonces estallaron relámpagos, voces, truenos, un terremoto y una fuerte granizada.