Reina Valera 1989
Apocalipsis 4
1 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo. La primera voz que oí era como de trompeta que hablaba conmigo diciendo: “¡Sube acá, y te mostraré las cosas que han de acontecer después de éstas!”
2 De inmediato estuve en el Espíritu; y he aquí un trono estaba puesto en el cielo, y sobre el trono uno sentado.
3 Y el que estaba sentado era semejante a una piedra de jaspe y de cornalina, y alrededor del trono había un arco iris semejante al aspecto de la esmeralda.
4 También alrededor del trono había veinticuatro tronos, y sobre los tronos vi a veinticuatro ancianos sentados, vestidos de vestiduras blancas, con coronas de oro sobre sus cabezas.
5 Del trono salen relámpagos y truenos y voces. Y delante del trono arden siete antorchas de fuego, las cuales son los siete Espíritus de Dios.
6 Y delante del trono hay como un mar de vidrio, semejante al cristal. Junto al trono, y alrededor del mismo, hay cuatro seres vivientes llenos de ojos por delante y por detrás.
7 El primer ser viviente es semejante a un león, y el segundo ser viviente es semejante a un becerro, y el tercer ser viviente tiene cara como de hombre, y el cuarto ser viviente es semejante a un águila volando.
8 Y cada uno de los cuatro seres vivientes tiene seis alas, y alrededor y por dentro están llenos de ojos. Ni de día ni de noche cesan de decir: “¡Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso, que era y que es y que ha de venir!”
9 Y cada vez que los seres vivientes dan gloria, honra y alabanza al que está sentado en el trono y que vive por los siglos de los siglos,
10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono y adoran al que vive por los siglos de los siglos; y echan sus coronas delante del trono, diciendo:
11 “Digno eres tú, oh Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder; porque tú has creado todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron creadas.”