Reina Valera 1989
Jeremías 35
1 La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehovah en los días de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, diciendo:
2 “Vé a la familia de los recabitas, habla con ellos, tráelos a la casa de Jehovah, a una de las cámaras, y dales de beber vino.”
3 Entonces tomé a Jazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos, a todos sus hijos y a toda la familia de los recabitas.
4 Y los traje a la casa de Jehovah, a la cámara de los hijos de Hanán hijo de Igdalías, hombre de Dios, la cual estaba junto a la cámara de los magistrados, que estaba encima de la cámara de Maasías hijo de Salum, guardia de la puerta.
5 Y puse delante de los miembros de la familia de los recabitas tazones llenos de vino, y vasos, y les dije: —Bebed vino.
6 Pero ellos dijeron: —No beberemos vino, porque nuestro padre Jonadab hijo de Recab nos mandó diciendo: “No beberéis vino jamás, ni vosotros ni vuestros hijos.
7 No edificaréis casas, ni sembraréis semilla, ni plantaréis viñas, ni las poseeréis. Más bien, habitaréis en tiendas todos vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la tierra donde vosotros vivís.”
8 Y nosotros hemos obedecido la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las cosas que nos mandó: de no beber vino en todos nuestros días, ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos, ni nuestras hijas;
9 de no edificar casas para habitar en ellas, y de no tener viñas, ni campos ni semilla.
10 Hemos habitado en tiendas y hemos obedecido, haciendo conforme a todo lo que nos mandó nuestro padre Jonadab.
11 Pero sucedió que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió contra el país, dijimos: “Vayamos y entremos en Jerusalén, a causa del ejército de los caldeos y del ejército de los de Siria.” Y en Jerusalén nos hemos quedado.
12 Entonces vino la palabra de Jehovah a Jeremías, diciendo:
13 —Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: “Vé y di a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: ‘¿No aceptaréis corrección para obedecer a mis palabras?’, dice Jehovah.
14 Las palabras de Jonadab hijo de Recab, que mandó a sus hijos que no bebiesen vino, han sido cumplidas, y no lo han bebido hasta el día de hoy, porque han obedecido el mandamiento de su padre. Sin embargo, yo os he hablado a vosotros persistentemente, y no me habéis obedecido.
15 Os he enviado persistentemente todos mis siervos los profetas, para deciros: ‘Apartaos, cada uno de su mal camino; enmendad vuestras obras y no vayáis tras otros dioses para servirlos, y habitaréis en la tierra que os he dado a vosotros y a vuestros padres.’ Pero no habéis inclinado vuestro oído, ni me habéis obedecido.
16 Ciertamente los hijos de Jonadab hijo de Recab han cumplido el mandamiento que les dio su padre, pero este pueblo no me ha obedecido.
17 Por tanto, así ha dicho Jehovah Dios de los Ejércitos, Dios de Israel: “He aquí, yo traeré sobre Judá y sobre todos los habitantes de Jerusalén todo el mal del que he hablado contra ellos. Porque les hablé, y no escucharon; los llamé, y no respondieron.”
18 Entonces dijo Jeremías a la familia de los recabitas: —Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel: “Porque habéis obedecido el mandamiento de vuestro padre Jonadab; porque habéis guardado todos sus mandamientos y habéis hecho conforme a todas las cosas que os mandó,
19 por esto no faltará un hombre a Jonadab hijo de Recab que esté de pie delante de mí todos los días,” ha dicho Jehovah de los Ejércitos, Dios de Israel.