Reina Valera 1989

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Isaías 55

1 “Oh, todos los sedientos, ¡venid a las aguas! Y los que no tienen dinero, ¡venid, comprad y comed! Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche.

2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no satisface? Oídme atentamente y comed del bien, y vuestra alma se deleitará con manjares.

3 Inclinad vuestros oídos y venid a mí; escuchad, y vivirá vuestra alma. Yo haré con vosotros un pacto eterno, las fieles misericordias demostradas a David.

4 He aquí que yo lo he puesto como testigo a los pueblos, como jefe y comandante de los pueblos.

5 He aquí, llamarás a naciones que no conocías, y naciones que no te conocían correrán hacia ti, por causa de Jehovah tu Dios, el Santo de Israel, que te ha llenado de gloria.”

6 ¡Buscad a Jehovah mientras puede ser hallado! ¡Llamadle en tanto que está cercano!

7 Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos. Vuélvase a Jehovah, quien tendrá de él misericordia; y a nuestro Dios, quien será amplio en perdonar.

8 “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos, dice Jehovah.

9 Como son más altos los cielos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más altos que vuestros pensamientos.

10 Porque como la lluvia y la nieve descienden del cielo y no vuelven allá sino después de haber saciado la tierra y de haberla hecho germinar, producir y dar semilla al que siembra y pan al que come,

11 así será mi palabra que sale de mi boca: No volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para lo cual la envié.

12 Ciertamente, con alegría saldréis y en paz os iréis. Los montes y las colinas irrumpirán en cánticos delante de vosotros, y todos los árboles del campo aplaudirán.

13 En lugar del espino crecerá el ciprés; y en lugar de la ortiga, el mirto. Esto servirá de renombre a Jehovah, y de señal eterna que nunca será borrada.”