Reina Valera 1989

8/1189

Génesis 8

1 Dios se acordó de Noé y de todos los animales y todo el ganado que estaban con él en el arca, e hizo soplar un viento sobre la tierra, y las aguas disminuyeron.

2 Fueron cerradas las fuentes del océano y las ventanas de los cielos, y se detuvo la lluvia de los cielos.

3 Las aguas decrecían gradualmente sobre la tierra, y después de 150 días las aguas habían menguado.

4 El día 17 del mes séptimo se asentó el arca sobre los montes de Ararat,

5 y las aguas siguieron decreciendo hasta el mes décimo. El primer día del mes décimo se hicieron visibles las cumbres de las montañas.

6 Y sucedió que cuarenta días después Noé abrió la ventana del arca que había hecho,

7 y envió un cuervo que iba y venía hasta que las aguas se secaron sobre la tierra.

8 También envió una paloma para ver si las aguas habían disminuido sobre la superficie de la tierra.

9 La paloma no halló donde asentar la planta de su pie y volvió a él, al arca, porque las aguas todavía cubrían la superficie de toda la tierra. Entonces él extendió su mano, la tomó y la hizo entrar consigo en el arca.

10 Esperó aún otros siete días y volvió a enviar la paloma fuera del arca.

11 La paloma volvió a él al atardecer, y he aquí que traía una hoja verde de olivo en el pico. Así entendió Noé que las aguas habían disminuido sobre la tierra.

12 Esperó aún otros siete días y envió la paloma, la cual no volvió más a él.

13 Y sucedió que el primer día del mes primero del año 601 de Noé se secaron las aguas sobre la tierra. Noé quitó la cubierta del arca y miró, y he aquí que la superficie de la tierra estaba seca.

14 El día 27 del mes segundo quedó seca la tierra.

15 Entonces dijo Dios a Noé:

16 “Sal del arca tú, tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos contigo.

17 Saca todos los animales de toda clase que están contigo: las aves, el ganado y los reptiles que se desplazan sobre la tierra. Que se esparzan por la tierra, que sean fecundos y que se multipliquen sobre la tierra.”

18 Entonces salieron del arca Noé, sus hijos, su mujer y las mujeres de sus hijos con él,

19 y todos los animales, todos los reptiles, todas las aves y todo lo que se desplaza sobre la tierra, según sus familias.

20 Entonces edificó Noé un altar a Jehovah, y tomando de todo cuadrúpedo limpio y de toda ave limpia, ofreció holocaustos sobre el altar.

21 Jehovah percibió el grato olor, y dijo Jehovah en su corazón: “No volveré jamás a maldecir la tierra por causa del hombre, porque el instinto del corazón del hombre es malo desde su juventud. Tampoco volveré a destruir todo ser viviente, como he hecho.

22 Mientras exista la tierra, no cesarán la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche.”