Reina Valera 1989

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Isaías 22

1 Profecía acerca del Valle de la Visión: ¿Qué, pues, te sucede para que con todo lo tuyo hayas subido a las azoteas?

2 ¡Oh tú, llena de bullicio, ciudad turbulenta, urbe desenfrenada! Tus muertos no fueron muertos a espada ni muertos en guerra.

3 Todos tus oficiales huyeron juntos; sin arcos fueron apresados. Todos los que se encontraron en ti fueron prendidos juntos, a pesar de que habían huido lejos.

4 Por esto he dicho: “Dejad de mirarme; lloraré amargamente. No insistáis en consolarme por la destrucción de la hija de mi pueblo.”

5 Porque éste es día de alboroto, de atropello y de confusión, de parte del Señor Jehovah de los Ejércitos en el Valle de la Visión, para derribar las murallas y gritar a las montañas.

6 Elam ha tomado la aljaba; Siria ha irrumpido con carros; Quir ha desnudado el escudo.

7 Y ha sucedido que tus más hermosos valles han quedado llenos de carros, y los jinetes se han ubicado junto a las puertas.

8 Ha sido quitada la defensa de Judá. En aquel día pusisteis la mirada en las armas de la Casa del Bosque.

9 Visteis que eran muchas las brechas de la ciudad de David, y recogisteis las aguas del estanque de abajo.

10 Contasteis las casas de Jerusalén y demolisteis casas para fortificar la muralla.

11 E hicisteis una represa entre los dos muros para las aguas del estanque antiguo. Pero no has puesto la mirada en el que ha hecho esto; no habéis visto a aquel que hace mucho tiempo lo produjo.

12 Por tanto, en ese día el Señor Jehovah de los Ejércitos convocará al llanto, al duelo, a raparse la cabeza y a ceñirse de cilicio.

13 No obstante, he aquí que hay regocijo y alegría. Se matan vacas y se degüellan ovejas; se come carne y se bebe vino: “¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!”

14 Esto ha sido revelado a mis oídos de parte de Jehovah de los Ejércitos: “Ciertamente este pecado no os será perdonado hasta que muráis,” ha dicho el Señor Jehovah de los Ejércitos.

15 Así ha dicho el Señor Jehovah de los Ejércitos: “Anda, vé a ese mayordomo, a Sebna, administrador del palacio, y dile:

16 ‘¿Qué tienes tú aquí, o a quién tienes tú aquí, para que hayas labrado aquí un sepulcro para ti, como los que labran sus sepulcros en los lugares elevados, o los que esculpen su morada en la peña?

17 He aquí que Jehovah te arrojará con violencia, oh hombre poderoso. El te asirá firmemente

18 y te enrollará bien como a un ovillo, para lanzarte a una tierra espaciosa. Allá morirás, y allá quedarán tus carros espléndidos, vergüenza de la casa de tu señor.

19 Yo te depondré de tu puesto y te eliminaré de tu posición.

20 “‘Sucederá en aquel día que yo llamaré a mi siervo Eliaquim hijo de Hilquías.

21 Le vestiré con tu túnica y le ceñiré con tu cinturón. En sus manos entregaré tu autoridad, y él será el padre de los habitantes de Jerusalén y de la casa de Judá.

22 Pondré sobre su hombro la llave de la casa de David. El abrirá, y nadie cerrará; él cerrará, y nadie abrirá.

23 “‘Yo lo clavaré como estaca en lugar firme, y será un trono de honra para la casa de su padre.

24 De él dependerá toda la gloria de la casa de su padre, la prole y la posteridad; y todos los utensilios hasta los más pequeños, desde las fuentes ceremoniales hasta todas las tinajas.’

25 “En aquel día, dice Jehovah de los Ejércitos, cederá la estaca que estaba clavada en lugar firme; se romperá y caerá. La carga que se colgó de ella será destruida, porque Jehovah ha hablado.”