Reina Valera 1989

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Salmos 132

1 (Canto de ascenso gradual) Acuérdate, oh Jehovah, de David y de toda su aflicción,

2 de cómo juró a Jehovah y prometió al Fuerte de Jacob, diciendo:

3 “No entraré en mi morada, ni subiré a mi cama.

4 No daré sueño a mis ojos, ni a mis párpados sopor,

5 hasta que halle un lugar para Jehovah, una morada para el Fuerte de Jacob.”

6 He aquí, en Efrata oímos de ella, y la encontramos en los campos de Yaar:

7 “Entremos en su tabernáculo; postrémonos ante el estrado de sus pies.”

8 Levántate, oh Jehovah; ven al lugar de tu reposo; tú y el arca de tu poder.

9 Tus sacerdotes sean revestidos de justicia, y tus fieles canten de júbilo.

10 Por causa de tu siervo David, no rechaces el rostro de tu ungido.

11 Con verdad juró Jehovah a David, y no se apartará de ello: “Del fruto de tu cuerpo pondré sobre tu trono.

12 Si tus hijos guardan mi pacto y este testimonio que yo les enseño, sus hijos también se sentarán en tu trono para siempre.”

13 Porque Jehovah ha elegido a Sion y la ha deseado como morada suya:

14 “Este es mi lugar de reposo para siempre. Aquí habitaré, porque lo he deseado.

15 Lo bendeciré con abundante provisión; a sus necesitados saciaré de pan.

16 Asimismo, vestiré de salvación a sus sacerdotes, y sus fieles darán voces de júbilo.

17 Allí haré surgir el poderío de David; he preparado una lámpara para mi ungido.

18 A sus enemigos vestiré de vergüenza, pero sobre él resplandecerá su corona.”