Reina Valera 1989

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Salmos 105

1 ¡Dad gracias a Jehovah! ¡Invocad su nombre! Dad a conocer entre los pueblos sus hazañas.

2 Cantadle, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas.

3 Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan a Jehovah.

4 Buscad a Jehovah y su poder; buscad continuamente su rostro.

5 Acordaos de las maravillas que ha hecho, de sus prodigios y de los juicios de su boca,

6 oh vosotros, descendientes de Abraham, su siervo; hijos de Jacob, sus escogidos.

7 El es Jehovah, nuestro Dios; en toda la tierra están sus juicios.

8 Se acordó para siempre de su pacto—de la palabra que mandó para mil generaciones—,

9 el cual hizo con Abraham; y de su juramento a Isaac.

10 Lo confirmó a Jacob por estatuto, como pacto sempiterno a Israel,

11 diciendo: “A ti daré la tierra de Canaán; como la porción que poseeréis.”

12 Cuando eran pocos en número, muy pocos y forasteros en ella;

13 cuando andaban de nación en nación, y de un reino a otro pueblo,

14 no permitió que nadie los oprimiese; más bien, por causa de ellos castigó a reyes.

15 Dijo: “¡No toquéis a mis ungidos, ni hagáis mal a mis profetas!”

16 Cuando trajo hambre sobre la tierra y cortó todo el sustento de pan,

17 ya había enviado delante de ellos a un hombre, a José, que fue vendido como esclavo.

18 Afligieron con grilletes sus pies, y a su cuello pusieron cadena de hierro,

19 hasta que se cumplió su palabra, y el dicho de Jehovah lo aprobó.

20 Entonces el rey mandó que lo soltaran; el soberano de los pueblos lo desató.

21 Lo puso como señor de su casa y como gobernador de toda su posesión,

22 para que disciplinara a su gusto a los grandes y a sus ancianos enseñara sabiduría.

23 Después entró Israel en Egipto, y Jacob fue extranjero en la tierra de Cam.

24 Dios hizo que su pueblo fuera muy fecundo, y lo hizo más fuerte que sus enemigos.

25 Cambió el corazón de éstos, para que aborreciesen a su pueblo, para que contra sus siervos actuaran con engaño.

26 Envió a su siervo Moisés, y a Aarón, al cual escogió.

27 Puso en ellos las palabras de sus señales, y sus prodigios en la tierra de Cam.

28 Envió tinieblas y trajo oscuridad, pero no guardaron sus palabras.

29 Convirtió sus aguas en sangre y mató sus peces.

30 Su tierra produjo ranas hasta en las habitaciones de sus reyes.

31 Habló, y llegaron enjambres de moscas y piojos en todo su territorio.

32 Convirtió sus lluvias en granizo y en llamas de fuego, en su tierra.

33 Dañó sus viñas y sus higueras y quebró los árboles de su territorio.

34 Habló, y vinieron langostas, y pulgón sin número.

35 Comieron toda la hierba de su país y devoraron el pasto de su tierra.

36 Golpeó, además, a todos los primogénitos de su país, las primicias de todo su vigor.

37 Los sacó con plata y oro; no hubo entre sus tribus enfermo.

38 Egipto se alegró de que salieran, porque su terror había caído sobre ellos.

39 Extendió una nube por cortina, y fuego para alumbrar de noche.

40 Pidieron, e hizo venir codornices, y los sació con pan del cielo.

41 Abrió la peña, y fluyeron aguas; corrieron por los sequedales como río.

42 Porque se acordó de su santa promesa dada a su siervo Abraham.

43 Así sacó a su pueblo con gozo; con júbilo sacó a sus escogidos.

44 Les dio las tierras de las naciones, y heredaron el fruto de las labores de ellas,

45 para que guardasen sus estatutos y observasen sus leyes. ¡Aleluya!