Reina Valera 1989

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Salmos 88

1 (Cántico. Salmo de los hijos de Coré. Al músico principal. Sobre Majalat. Para ser cantado. Masquil de Hemán el ezraíta) Oh Jehovah, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti.

2 Llegue mi oración a tu presencia; inclina tu oído a mi clamor,

3 porque mi alma está harta de males, y mi vida se ha acercado al Seol.

4 Soy contado con los que descienden a la fosa; soy como un hombre sin fuerzas.

5 Estoy libre entre los muertos, como los cadáveres que yacen en la tumba, de quienes ya no te acuerdas, y que han sido arrebatados de tu mano.

6 Me has puesto en la honda fosa, en lugares tenebrosos, en lugares profundos.

7 Sobre mí reposa tu ira; me has afligido con todas tus olas. (Selah)

8 Has alejado de mí a mis conocidos; me has puesto como abominación para ellos. Estoy encerrado; no puedo salir.

9 Mis ojos se enfermaron a causa de mi aflicción. Cada día te he invocado, oh Jehovah; a ti he extendido mis manos.

10 ¿Acaso harás milagros para los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? (Selah)

11 ¿Se contará en el sepulcro acerca de tu misericordia, o de tu verdad en el Abadón?

12 ¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla, y tu justicia en la tierra del olvido?

13 Pero a ti he invocado, oh Jehovah; de mañana sale a tu encuentro mi oración.

14 ¿Por qué desechas mi alma, oh Jehovah? ¿Por qué escondes de mí tu rostro?

15 Yo estoy pobre y abatido; desde mi infancia he cargado tus terrores. ¡Ya no puedo más!

16 Sobre mí ha pasado tu ira; tus terrores me han destruido.

17 De continuo me han rodeado como inundación, y al mismo tiempo me han cercado.

18 Has alejado de mí a mis amigos y compañeros; sólo las tinieblas son mi compañía.