Reina Valera 1989

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Salmos 86

1 (Oración de David) Inclina, oh Jehovah, tu oído y escúchame; porque soy pobre y necesitado.

2 Guarda mi alma, porque soy piadoso; salva tú, oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía.

3 Ten misericordia de mí, oh Jehovah, porque a ti clamo todo el día.

4 Alegra el alma de tu siervo, porque a ti, oh Señor, levanto mi alma,

5 porque tú, oh Señor, eres bueno y perdonador, grande en misericordia para con los que te invocan.

6 Escucha, oh Jehovah, mi oración; atiende a la voz de mis súplicas.

7 En el día de mi angustia te llamaré, porque tú me respondes.

8 Oh Señor, ninguno hay como tú entre los dioses, ni hay nada que iguale tus obras.

9 Vendrán todas las naciones que hiciste y adorarán, oh Señor, delante de ti. Glorificarán tu nombre,

10 porque tú eres grande y hacedor de maravillas. ¡Sólo tú eres Dios!

11 Enséñame, oh Jehovah, tu camino, y yo caminaré en tu verdad. Concentra mi corazón para que tema tu nombre.

12 Te alabaré, oh Jehovah, Dios mío, con todo mi corazón; glorificaré tu nombre para siempre.

13 Porque tu misericordia es grande para conmigo; tú has librado mi alma de las profundidades del Seol.

14 Oh Dios, los arrogantes se han levantado contra mí, y una congregación de violentos busca mi vida, y a ti no te toman en cuenta.

15 Pero tú, oh Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad,

16 mírame y ten misericordia de mí. Da tú fuerzas a tu siervo; guarda al hijo de tu sierva.

17 Haz conmigo señal para bien; véanla los que me aborrecen y sean avergonzados, porque tú, oh Jehovah, me ayudaste y me consolaste.