Reina Valera 1989
Salmos 58
1 (Al músico principal. Sobre “No destruyas”. Mictam de David) Oh magistrados, ¿en verdad pronunciáis justicia? ¿Juzgáis rectamente a los hijos del hombre?
2 Más bien, con el corazón obráis iniquidad en la tierra y a la violencia abrís camino con vuestras manos.
3 Los impíos se alienaron desde la matriz; se descarriaron desde el vientre, hablando mentira.
4 Tienen veneno como veneno de serpiente; son como una cobra sorda que tapa sus oídos
5 y no oye la voz de los encantadores, aun del más experto encantador.
6 Oh Dios, rompe sus dientes en sus bocas; quiebra, oh Jehovah, los colmillos de los leones.
7 Escúrranse como aguas que se pierden; que cuando apunten con sus flechas, éstas queden despuntadas.
8 Pasen como la babosa que se deshace; y como un abortivo de mujer, no vean el sol.
9 Antes que sus espinos produzcan espinas, con su ira los arrebatará cual vendaval.
10 El justo se alegrará cuando vea la venganza, y lavará sus pies en la sangre del impío.
11 Entonces dirá el hombre: “Ciertamente el justo tiene frutos; ciertamente hay un Dios que juzga la tierra.”