Reina Valera 1989

26/1189

Génesis 26

1 Hubo hambre en el país, además de la primera que hubo en los días de Abraham. E Isaac se dirigió a Abimelec, rey de los filisteos, en Gerar.

2 Y se le apareció Jehovah y le dijo: —No desciendas a Egipto. Habita en la tierra que yo te diré.

3 Reside en esta tierra. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tus descendientes os daré todas estas tierras. Así cumpliré el juramento que hice a tu padre Abraham.

4 Yo multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras. Y en tu descendencia serán benditas todas las naciones de la tierra,

5 porque Abraham obedeció mi voz y guardó mi ordenanza, mis mandamientos, mis estatutos y mis instrucciones.

6 Habitó, pues, Isaac en Gerar.

7 Y los hombres de aquel lugar le preguntaron acerca de su mujer. El respondió: —Es mi hermana. Tuvo miedo de decir: “Es mi mujer,” pues pensó: “No sea que los hombres del lugar me maten a causa de Rebeca.” Porque ella era hermosa.

8 Sucedió después de estar allí muchos días, que Abimelec, rey de los filisteos, miró por una ventana y vio a Isaac que acariciaba a Rebeca su mujer.

9 Entonces Abimelec llamó a Isaac y le dijo: —¡He aquí, de veras ella es tu mujer! ¿Por qué, pues, dijiste: “Es mi hermana”? Isaac le respondió: —Es que pensé que quizás moriría a causa de ella.

10 Abimelec le dijo: —¿Por qué nos has hecho esto? Por poco pudiera haber dormido alguno del pueblo con tu mujer, y hubieras traído sobre nosotros culpabilidad.

11 Entonces Abimelec dio órdenes a todo el pueblo diciendo: —El que toque a este hombre o a su mujer, morirá irremisiblemente.

12 Isaac sembró en aquella tierra, y aquel año obtuvo ciento por uno. Jehovah lo bendijo,

13 y el hombre se enriqueció y continuó enriqueciéndose hasta llegar a ser muy rico.

14 Tenía rebaños de ovejas, hatos de vacas y abundancia de siervos, de modo que los filisteos le tenían envidia.

15 Los filisteos cegaron y llenaron de tierra todos los pozos que habían abierto los siervos de su padre Abraham, en sus días.

16 Entonces Abimelec dijo a Isaac: —Aléjate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros.

17 Isaac se fue de allí, asentó sus tiendas junto al arroyo de Gerar y habitó allí.

18 Isaac volvió a abrir los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham. Y él los llamó con los mismos nombres con que su padre los había llamado.

19 Después los siervos de Isaac cavaron en el valle y descubrieron un pozo de aguas vivas.

20 Y los pastores de Gerar contendieron con los pastores de Isaac, diciendo: —El agua es nuestra. Por eso llamó al pozo Esec, porque allí riñeron con él.

21 Abrieron otro pozo, y también contendieron por él. Y llamó su nombre Sitna.

22 Se alejó de allí y abrió otro pozo, y no contendieron por él. El llamó su nombre Rejobot diciendo: —Porque ahora Jehovah nos ha hecho ensanchar, y seremos fecundos en la tierra.

23 De allí fue a Beerseba.

24 Y aquella noche se le apareció Jehovah y le dijo: —Yo soy el Dios de tu padre Abraham; no temas, porque yo estoy contigo. Yo te bendeciré y multiplicaré tu descendencia por amor de mi siervo Abraham.

25 El edificó allí un altar, invocó el nombre de Jehovah e instaló allí su tienda. También allí los siervos de Isaac excavaron un pozo.

26 Entonces fue a él Abimelec, desde Gerar, acompañado por Ajuzat, amigo suyo, y Ficol, jefe de su ejército.

27 E Isaac les dijo: —¿Por qué venís a mí, vosotros que me habéis aborrecido y me habéis echado de en medio de vosotros?

28 Ellos respondieron: —Claramente hemos visto que Jehovah está contigo y dijimos: “Por favor, haya un juramento solemne entre nosotros, entre tú y nosotros.” Hagamos una alianza contigo

29 de que no nos harás daño, como nosotros no te hemos tocado y como sólo te hemos hecho bien y te despedimos en paz. Tú eres ahora bendito de Jehovah.

30 Entonces él les hizo un banquete, y comieron y bebieron.

31 Después se levantaron temprano, e hicieron juramento el uno al otro. Luego Isaac los despidió, y ellos se alejaron de él en paz.

32 Aconteció que aquel mismo día vinieron los siervos de Isaac y le dieron noticias acerca del pozo que habían excavado. Y le dijeron: —¡Hemos hallado agua!

33 El lo llamó Seba. Por esta razón el nombre de la ciudad es Beerseba hasta el día de hoy.

34 Cuando Esaú tenía 40 años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri el heteo, y a Basemat hija de Elón el heteo.

35 Estas fueron amargura de espíritu para Isaac y Rebeca.