Reina Valera 1989

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Deuteronomio 10

1 “En aquel tiempo Jehovah me dijo: ‘Lábrate dos tablas de piedra como las primeras y sube hacia mí al monte. Haz también un arca de madera.

2 Yo escribiré en esas tablas las palabras que estaban en las tablas primeras que rompiste, y las pondrás en el arca.’

3 “Entonces hice un arca de madera de acacia y labré dos tablas de piedra como las primeras. Después subí al monte con las dos tablas en mi mano.

4 Y él escribió en las tablas lo mismo que estaba escrito en las primeras: Los Diez Mandamientos que Jehovah os había hablado en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea. Luego Jehovah me las dio.

5 Di vuelta y descendí del monte, y puse las tablas en el arca que había hecho. Allí están, como Jehovah me mandó.

6 “Después los hijos de Israel partieron de Beerot-bene-jaacán hacia Mosera. Allí murió Aarón, y allí fue sepultado. En lugar suyo asumió el sacerdocio su hijo Eleazar.

7 De allí partieron hacia Gudgoda, y de Gudgoda hacia Jotbata, una tierra de arroyos de agua.

8 “En aquel tiempo Jehovah apartó la tribu de Leví para llevar el arca del pacto de Jehovah, a fin de que estuviese delante de Jehovah para servirle, y para que bendijese en su nombre hasta el día de hoy.

9 Por esto Leví no ha tenido parte ni heredad entre sus hermanos: Jehovah es su heredad, como Jehovah tu Dios se lo ha prometido.

10 “Yo estuve en el monte como en los primeros días, cuarenta días y cuarenta noches. Y Jehovah me escuchó también esta vez, y no quiso Jehovah destruirte.

11 Y Jehovah me dijo: ‘Levántate, vé para ponerte en marcha delante del pueblo, a fin de que entren y tomen posesión de la tierra que juré a sus padres que les había de dar.’

12 “Ahora pues, Israel, ¿qué pide Jehovah tu Dios de ti? Sólo que temas a Jehovah tu Dios, que andes en todos sus caminos, que ames y sirvas a Jehovah tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma,

13 y que guardes los mandamientos de Jehovah y sus estatutos que yo te prescribo hoy, para tu bien.

14 “He aquí, de Jehovah tu Dios son los cielos y los cielos de los cielos, la tierra y todo lo que en ella hay.

15 Pero Jehovah se agradó sólo de vuestros padres para amarles, y después de ellos eligió a su descendencia de entre todos los pueblos, es decir, a vosotros, como en el día de hoy.

16 Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón y no endurezcáis más vuestra cerviz.

17 Porque Jehovah vuestro Dios es Dios de dioses y Señor de señores. Es Dios grande, poderoso y temible, que no hace distinción de personas ni acepta soborno.

18 El hace justicia al huérfano y a la viuda, y también ama al extranjero y le da pan y vestido.

19 Por tanto, amaréis al extranjero, porque extranjeros fuisteis vosotros en la tierra de Egipto.

20 “A Jehovah tu Dios temerás, y a él servirás. A él serás fiel y por su nombre jurarás.

21 El es tu alabanza; él es tu Dios que ha hecho por ti estas cosas grandes y temibles que tus ojos han visto.

22 Con setenta personas descendieron tus padres a Egipto, y ahora Jehovah tu Dios te ha hecho tan numeroso como las estrellas del cielo.