La Historia de la Redención

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La construcción del Arca

Dios le dio las dimensiones exactas del arca e indicaciones definidas con respecto a cada detalle de la construcción. En muchos sentidos no se asemejaba a un navío sino más bien a una casa cuyo fundamento era como un barco para que pudiera flotar sobre el agua. No había ventanas en las paredes laterales. Tenía tres pisos de altura y la luz que recibía provenía de una ventana que estaba en el techo. La puerta estaba al costado. Los diferentes compartimentos preparados para recibir a los animales estaban construidos de tal manera que la ventana superior los iluminaba a todos. El arca fue hecha con madera de gofer o ciprés, que duraba cientos de años sin deteriorarse. Era una construcción de gran resistencia, que la sabiduría del hombre no podía inventar. Dios fue el arquitecto y Noé su maestro constructor. HR 65.3

Después que el patriarca hizo todo lo que pudo para que cada porción de la obra estuviera bien hecha, era imposible que ésta, por sí misma, pudiera resistir la violencia de la tormenta que Dios en su ira desataría sobre la tierra. La tarea de completar la construcción fue un proceso lento. Cada tabla fue ajustada cuidadosamente, y todas sus junturas calafateadas con brea. Todo lo que el hombre podía hacer se hizo para que la obra fuera perfecta; pero, después de todo, sólo Dios podía librar esa construcción de las iracundas y poderosas ondas, por medio de su poder milagroso. HR 66.1

Al principio una cantidad de gente recibió en apariencias las amonestaciones de Noé, pero esas personas no se volvieron plenamente a Dios con verdadero arrepentimiento. Se les dio tiempo antes que llegara el diluvio, durante el cual serían probadas. Pero no soportaron la prueba. Las venció la degeneración prevaleciente, y finalmente se unieron a otros que eran corruptos y que se mofaban del fiel Noé y lo escarnecían. No quisieron abandonar sus pecados y continuaron practicando la poligamia y entregándose a la complacencia de sus pasiones corrompidas. HR 66.2

Su tiempo de prueba estaba por terminar. Los incrédulos y burlones habitantes del mundo experimentarían una especial manifestación del poder de Dios. Noé había seguido fielmente las instrucciones que el Señor le había dado. El arca se terminó exactamente como el Altísimo lo había indicado. Había almacenado grandes cantidades de alimentos para hombres y bestias. Y una vez que todo estuvo listo, Dios ordenó al fiel Noé: “Entra tú y toda tu casa en el arca; porque a ti he visto justo delante de mí en esta generación”. HR 67.1