La Historia de la Redención

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La purificación del santuario

Así como los pecados del pueblo eran transferidos antiguamente, en forma figurada, al santuario terrenal, por medio de la sangre de la ofrenda por el pecado, así nuestros pecados son, de hecho, transferidos al santuario celestial por medio de la sangre de Cristo. Y así como la purificación típica del santuario terrenal se llevaba a cabo mediante la remoción de los pecados que lo habían contaminado, así la limpieza real del santuario celestial se cumplirá mediante la remoción de los pecados que están registrados allí. Esto requiere un examen de los libros de registro para determinar quiénes, por medio del arrepentimiento del pecado y la fe en Cristo, están en condiciones de recibir los beneficios de su expiación. La purificación del santuario por lo tanto implica un juicio investigador. Esa obra debe realizarse antes de la venida de Cristo para redimir a su pueblo, porque cuando él venga traerá su galardón con él “para recompensar a cada uno según sea su obra”. Apocalipsis 22:12. HR 396.2

Así los que siguieron la luz de la palabra profética vieron que en vez de venir a la tierra al término de los 2.300 días en 1844, Cristo había entrado en el lugar santísimo del santuario celestial, a la presencia de Dios, para realizar la obra final de expiación, preparatoria para su venida. HR 397.1