La Historia de la Redención

Con el poder del Pentecostés

Los discípulos comenzaron a alentar la esperanza de que el maravilloso descenso del Espíritu Santo podría influir sobre el pueblo judío para que aceptara a Jesús. El Salvador no tomó tiempo para darles más explicaciones porque sabía que cuando el Espíritu Santo descendiera sobre ellos plenamente, sus mentes se iluminarían y comprenderían en todo sentido la obra que se desplegaría ante ellos, y la emprenderían justamente donde él la había dejado. HR 251.1

Se reunieron entonces en el aposento alto, para unirse en oración con las mujeres creyentes y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos. Estos, que habían sido incrédulos, estaban ahora plenamente arraigados en su fe gracias a las escenas que habían presenciado de la crucifixión, la resurrección y la ascensión del Señor. El número de los reunidos era de unos ciento veinte. HR 252.1