Testimonios Selectos Tomo 5

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Deberes de la casa editorial hacia la iglesia

Así como la iglesia tiene una responsabilidad hacia la casa editorial, ésta la tiene también para con la iglesia. La una debe sostener a la otra. 5TS 81.1

Los que ocupan puestos de responsabilidad en las casas editoriales no deben dejarse absorber por el trabajo a tal punto que no les quede tiempo para ocuparse en las cosas espirituales. Si este interés se mantiene muy vivo en la casa editorial, ejercerá una influencia poderosa en la iglesia; y si es vivo en la iglesia, se hará sentir con fuerza en la casa editorial. La bendición de Dios descansará sobre la obra si es dirigida de tal manera que las almas sean conducidas a Cristo. 5TS 81.2

Todos los obreros de nuestras casas editoriales que profesan el nombre de Cristo, deben ser activos en la iglesia. Es de esencial importancia para su vida espiritual que aprovechen todo medio de gracia. Ellos obtendrán fuerza, pero no permaneciendo como espectadores, sino haciéndose obreros. Cada uno deberá estar inscripto en algún grupo que realice un trabajo regular y sistemático en relación con la iglesia. Todos deben comprender que como cristianos esto es su deber. Por sus votos de bautismo, se comprometieron a hacer todo lo que está en su poder para edificar la iglesia de Cristo. Mostradles que su amor para Dios y su lealtad hacia su Redentor, hacia el ideal de la humanidad verdadera, hacia la institución para la cual trabajan, así lo exigen. No pueden ser siervos fieles de Cristo, no pueden ser hombres y mujeres realmente íntegros, ni obreros aceptables en la institución de Dios si descuidan estos deberes. 5TS 81.3

Los directores de la institución en sus diferentes ramos deben velar especialmente para que la juventud contraiga buenas costumbres a este respecto. Cuando ella descuida las reuniones, cuando se aparta de sus deberes hacia la iglesia, buscad la causa. Mediante esfuerzos llenos de tacto y de bondad, tratad de despertar a los negligentes y hacer revivir el interés que desapareció. 5TS 82.1

Nadie deberá poner su propio trabajo por pretexto para descuidar el servicio sagrado del Señor. Más valdría poner a un lado su trabajo que descuidar sus deberes hacia Dios. 5TS 82.2