Testimonios Selectos Tomo 3

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Capítulo 29—Peligro de los aplausos

Algunos ministros capaces que están ahora predicando la verdad presente, aman la aprobación. El aplauso los estimula como el vaso de vino al bebedor. Colocad a estos ministros donde tengan una congregación pequeña que no prometa excitación especial, ni provoque oposición definida, y perderán su interés y celo y parecerán tan lánguidos en la obra como el bebedor cuando está privado de su trago. Estos hombres no llegarán a ser obreros verdaderos y prácticos hasta que hayan aprendido a trabajar sin la excitación del aplauso. 3TS 137.1