Reavivamientos Modernos

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Pretensiones de santidad

Nadie que pretenda santidad es realmente santo. Los que son registrados como santos en los libros del cielo no son conscientes de este hecho, y son los últimos en jactarse de su propia bondad. Ninguno de los profetas y apóstoles jamás profesó santidad, ni aun Daniel, Pablo o Juan. Los justos nunca tienen semejante pretensión. RAM 56.2

Cuanto más se parezcan a Cristo, más lamentarán su desemejanza con él; porque sus conciencias son sensitivas, y consideran el pecado más como Dios lo mira. Tienen puntos de vista exaltados de Dios y del gran plan de salvación; y sus corazones, humillados bajo un sentido de su propia falta de mérito, son sensibles al honor de ser contados como miembros de la familia real, hijos e hijas del Rey eterno. RAM 56.3

Los que aman la ley de Dios no pueden armonizar en la adoración o en el espíritu con los transgresores decididos de esa ley, quienes se llenan de amargura y malicia cuando se enseñan las verdades sencillamente reveladas de la Biblia. Tenemos un detector que discrimina entre lo verdadero y lo falso. “¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”.20 RAM 56.4