El Ministerio Pastoral

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Los problemas

Algunas reuniones sociales son una desgracia para la iglesia—Pero ha habido una clase de reuniones sociales en Battle Creek de un carácter enteramente distinto, reuniones de placer que han sido una vergüenza para nuestras instituciones y para la iglesia. Estimulan el orgullo en el vestir, el orgullo de la apariencia, la complacencia propia, la hilaridad, y la frivolidad. Satanás es recibido como huésped honrado, y toma posesión de los que patrocinan estas reuniones. Me fue presentada una vista de uno de estos grupos donde estaban reunidas personas que profesan creer la verdad. Uno estaba sentado frente al instrumento de música, y salían canciones que hacían llorar a los ángeles que contemplaban la escena. Había alegría, risotadas; abundancia de entusiasmo, y cierta clase de inspiración; pero la alegría era del tipo que sólo Satanás es capaz de crear. Este es un entusiasmo y una infatuación de los cuales se avergonzarán todos los que aman a Dios. Prepara a los participantes para pensamientos y acciones no santas. Tengo razones para pensar que algunos que estaban participando en esa escena se arrepintieron sinceramente de su vergonzosa actuación.—Testimonios para los Ministros, 82. MPa 285.1

Los cristianos superficiales, siempre listos para los placeres o el deporte, pueden guiar a los cristianos de la Biblia a imitarlos—Satanás ha estado multiplicando sus trampas en Battle Creek y usa como señuelo a profesos cristianos que son superficiales en su carácter y en su experiencia religiosa son usados como señuelo. Esta clase de personas está siempre lista para las reuniones de placer y para los juegos, y su influencia atrae a otros. Jóvenes de ambos sexos que han tratado de ser cristianos según enseña la Biblia son persuadidos a unirse al grupo y entran en el círculo. No consultaron con oración la norma divina para saber lo que Cristo ha dicho con respecto al fruto que ha de llevar el árbol cristiano. No disciernen que estos entretenimientos son realmente un banquete de Satanás, preparado para impedir que las almas acepten el llamado a la cena de bodas del Cordero; les impide recibir el manto blanco del carácter, que es la justicia de Cristo. Quedan confundidos con respecto a lo que les es lícito hacer como cristianos. No quieren que se piense que son raros, y naturalmente se inclinan a seguir el ejemplo de los demás. Así caen bajo la influencia de quienes nunca tuvieron el toque divino en el corazón o en la mente.—Testimonios para los Ministros, 85. MPa 285.2

Tome una posición balanceada de la recreación—Hay personas de imaginación enfermiza para quienes la religión es un tirano, que las gobierna con vara de hierro. Las tales lamentan constantemente su propia depravación, y gimen por males supuestos. No existe amor en su corazón; su rostro es siempre ceñudo. Las deja heladas la risa inocente de la juventud o de cualquiera. Consideran como pecado toda recreación o diversión, y creen que la mente debe estar completamente dominada por pensamientos austeros. Este es un extremo. Otros piensan que la mente debe dedicarse constantemente a inventar nuevas diversiones a fin de tener salud. Aprenden a depender de la excitación, y se sienten intranquilos sin ella. Los tales no son verdaderos cristianos. Van a otro extremo. Los verdaderos principios del cristianismo abren ante nosotros una fuente de felicidad cuya altura, profundidad, longitud y anchura son inconmensurables.—El Hogar Cristiano, 447. MPa 286.1