Capítulo 62—El ungimiento de David
A pocas millas al sur de Jerusalén, “la ciudad del gran Rey” (Salmos 48:2), está Belén donde nació David, el hijo de Isaí, más de mil años antes que el Niño Jesús hallara su cuna en el establo, y fuera adorado por los magos del oriente. Siglos antes del advenimiento del Salvador, David, en el vigor de la adolescencia cuidó sus rebaños mientras pacían en las colinas que rodean a Belén. El sencillo pastor entonaba los himnos que él mismo componía y con la música de su arpa acompañaba dulcemente la melodía de su voz fresca y juvenil. El Señor había escogido a David, y le estaba preparando, en su vida solitaria con sus rebaños, para la obra que se proponía confiarle en los años venideros.
PP54 691.1
Mientras que David vivía así en el retiro de su vida humilde de pastor, el Señor Dios habló al profeta Samuel acerca de él. “Y dijo Jehová a Samuel: ¿Hasta cuándo has tú de llorar a Saúl, habiéndolo yo desechado para que no reine sobre Israel? Hinche tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Bethlehem: porque de sus hijos me he provisto de rey.... Toma contigo una becerra de la vacada, y di: A sacrificar a Jehová he venido. Y llama a Isaí al sacrificio, y yo te enseñaré lo que has de hacer; y ungirme has al que yo te dijere. Hizo pues Samuel como le dijo Jehová: y luego que él llegó a Beth-lehem, los ancianos de la ciudad le salieron a recibir con miedo, y dijeron: ¿Es pacífica tu venida? Y él respondió: Sí.” Los ancianos aceptaron una invitación al sacrificio, y Samuel llamó también a Isaí y sus hijos. Se construyó un altar, y el sacrificio quedó listo. Toda la casa de Isaí estaba presente, con la excepción de David, el hijo menor, al que se había dejado cuidando las ovejas, pues no era seguro dejar a los rebaños sin protección.
PP54 691.2
Cuando el sacrificio hubo terminado, y antes de participar del festín subsiguiente, Samuel inició su inspección profética de los bien parecidos hijos de Isaí. Eliab era el mayor, y el que más se parecía a Saúl en estatura y hermosura. Sus bellas facciones y su cuerpo bien desarrollado llamaron la atención del profeta. Cuando Samuel miró su porte principesco, pensó ciertamente que era el hombre a quien Dios había escogido como sucesor de Saúl; y esperó la aprobación divina para ungirle. Pero Jehová no miraba la apariencia exterior. Eliab no temía al Señor. Si se le hubiera llamado al trono, habría sido un soberano orgulloso y exigente. La palabra del Señor a Samuel fué: “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová mira no lo que el hombre mira; pues que el hombre mira lo que está delante de sus ojos, mas Jehová mira el corazón.”
PP54 692.1
Ninguna belleza exterior puede recomendar el alma a Dios. La sabiduría y la excelencia del carácter y de la conducta expresan la verdadera belleza del hombre; el valor intrínseco y la excelencia del corazón determinan que seamos aceptados por el Señor de los ejércitos. ¡Cuán profundamente debiéramos sentir esta verdad al juzgarnos a nosotros mismos y a los demás! Del error de Samuel podemos aprender cuán vana es la estima que se basa en la hermosura del rostro o la nobleza de la estatura. Podemos ver cuán incapaz es la sabiduría del hombre para comprender los secretos del corazón o los consejos de Dios, sin una iluminación especial del cielo. Los pensamientos y modos de Dios en relación con sus criaturas superan nuestras mentes finitas; pero podemos tener la seguridad de que sus hijos serán llevados a ocupar precisamente el sitio para el cual están preparados, y serán capacitados para hacer la obra encomendada a sus manos, con tal que sometan su voluntad a Dios, para que sus propósitos benéficos no sean frustrados por la perversidad del hombre.
PP54 692.2
Terminó Samuel la inspección de Eliab, y los seis hermanos que asistieron al servicio desfilaron sucesivamente para ser observados por el profeta; pero el Señor no dió señal de que hubiese elegido a alguno de ellos. En suspenso penoso, Samuel había mirado al último de los jóvenes; el profeta estaba perplejo y confuso. Le preguntó a Isaí: “¿Hanse acabado los mozos?” El padre contestó: “Aun queda el menor, que apacienta las ovejas.” Samuel ordenó que le hicieran llegar, diciendo: “No nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí.”
PP54 692.3
El solitario pastorcillo se sorprendió al recibir la llamada inesperada del mensajero, que le anunció que el profeta había llegado a Belén y le mandaba llamar. Preguntó asombrado por qué el profeta y juez de Israel deseaba verle; pero sin tardanza alguna obedeció al llamamiento. “Era rubio, de hermoso parecer y de bello aspecto.” Mientras Samuel miraba con placer al joven pastor, bien parecido, varonil y modesto, le habló la voz del Señor diciendo: “Levántate y úngelo, que éste es.” En el humilde cargo de pastor, David había demostrado que era valeroso y fiel; y ahora Dios le había escogido para que fuera el capitán de su pueblo. “Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y ungiólo de entre sus hermanos: y desde aquel día en adelante el espíritu de Jehová tomó a David.” El profeta había cumplido la obra que se le había designado, y con el corazón aliviado regresó a Rama.
PP54 693.1
Samuel no había hablado de su misión, ni siquiera a la familia de Isaí, y realizó en secreto la ceremonia del ungimiento de David. Fué para el joven un anunció del destino elevado que le esperaba, para que en medio de todos los diversos incidentes y peligros de sus años venideros, este conocimiento le inspirara a ser fiel al propósito que Dios quería lograr por medio de su vida.
PP54 693.2
El gran honor conferido a David no le ensoberbeció. A pesar del elevado cargo que había de desempeñar, siguió tranquilamente en su ocupación, contento de esperar el desarrollo de los planes del Señor a su tiempo y manera. Tan humilde y modesto como antes de su ungimiento, el pastorcillo regresó a las colinas, para vigilar y cuidar sus rebaños tan cariñosamente como antes. Pero con nueva inspiración componía sus melodías, y tocaba el arpa. Ante él se extendía un panorama de belleza rica y variada. Las vides, con sus racimos, brillaban al sol. Los árboles del bosque, con su verde follaje, se mecían con la brisa. Veía al sol, que inundaba los cielos de luz, saliendo como un novio de su aposento, y regocijándose como hombre fuerte que va a correr una carrera. Allí estaban las atrevidas cumbres de los cerros que se elevaban hacia el firmamento; en la lejanía se destacaban las peñas estériles de la montaña amurallada de Moab; y sobre todo se extendía el azul suave de la bóveda celestial.
PP54 693.3
Y más allá estaba Dios. El no podía verle, pero sus obras rebosaban alabanzas. La luz del día, al dorar el bosque y la montaña, el prado y el arroyo, elevaba a la mente y la inducía a contemplar al Padre de las luces, Autor de todo don bueno y perfecto. Las revelaciones diarias del carácter y la majestad de su Creador henchían el corazón del joven poeta de adoración y regocijo.
PP54 694.1
En la contemplación de Dios y de sus obras, las facultades de la mente y del corazón de David se desarrollaban y fortalecían para la obra de su vida ulterior. Diariamente iba participando en una comunión más íntima con Dios. Su mente penetraba constantemente en nuevas profundidades en busca de temas que le inspirasen cantos y arrancasen música a su arpa. La rica melodía de su voz difundida a los cuatro vientos repercutía en las colinas como si fuera en respuesta a los cantos de regocijo de los ángeles en el cielo.
PP54 694.2
¿Quién puede medir los resultados de aquellos años de labor y peregrinaje entre las colinas solitarias? La comunión con la naturaleza y con Dios, el cuidado diligente de sus rebaños, los peligros y libramientos, los dolores y regocijos de su humilde suerte, no sólo habían de moldear el carácter de David e influir en su vida futura, sino que también por medio de los salmos del dulce cantor de Israel, en todas las edades venideras, habrían de comunicar amor y fe al corazón de los hijos de Dios, acercándolos al corazón siempre amoroso de Aquel en quien viven todas sus criaturas.
PP54 694.3
David, en la belleza y el vigor de su juventud, se preparaba para ocupar una elevada posición entre los más nobles de la tierra. Empleaba sus talentos, como dones preciosos de Dios, para alabar la gloria del divino Dador. Las oportunidades que tenía de entregarse a la contemplación y la meditación sirvieron para enriquecerle con aquella sabiduría y piedad que hicieron de él el amado de Dios y de los ángeles. Mientras contemplaba las perfecciones de su Creador, se revelaban a su alma concepciones más claras de Dios. Temas que antes le eran obscuros, se aclaraban para él con luz meridiana, se allanaban las dificultades, se armonizaban las perplejidades, y cada nuevo rayo de luz le arrancaba nuevos arrobamientos e himnos más dulces de devoción, para gloria de Dios y del Redentor. El amor que le inspiraba, los dolores que le oprimían, los triunfos que le acompañaban, eran temas para su pensamiento activo; y cuando contemplaba el amor de Dios en todas las providencias de su vida, el corazón le latía con adoración y gratitud más fervientes, su voz resonaba en una melodía más rica y más dulce; su arpa era arrebatada con un gozo más exaltado; y el pastorcillo procedía de fuerza en fuerza, de sabiduría en sabiduría; pues el Espíritu del Señor le acompañaba.
PP54 695.1
183
PP54
Historia de los Patriarcas y Profetas
[{"para_id":"183.36","title":"Cap\u00edtulo 1\u2014El origen del mal","mp3":"\/mp3\/183\/0004_spa_m_capitulo_1_el_origen_del_mal_183_36.mp3#duration=3084&size=24756001"},{"para_id":"183.94","title":"Cap\u00edtulo 2\u2014La creaci\u00f3n","mp3":"\/mp3\/183\/0005_spa_m_capitulo_2_la_creacion_183_94.mp3#duration=2253&size=18103452"},{"para_id":"183.140","title":"Cap\u00edtulo 3\u2014La tentaci\u00f3n y la ca\u00edda","mp3":"\/mp3\/183\/0006_spa_m_capitulo_3_la_tentacion_y_la_caida_183_140.mp3#duration=3389&size=27191498"},{"para_id":"183.209","title":"Cap\u00edtulo 4\u2014El plan de redenci\u00f3n","mp3":"\/mp3\/183\/0007_spa_m_capitulo_4_el_plan_de_redencion_183_209.mp3#duration=2396&size=19246030"},{"para_id":"183.253","title":"Cap\u00edtulo 5\u2014Ca\u00edn y Abel probados","mp3":"\/mp3\/183\/0008_spa_m_capitulo_5_cain_y_abel_probados_183_253.mp3#duration=1961&size=15771859"},{"para_id":"183.292","title":"Cap\u00edtulo 6\u2014Set y Enoc","mp3":"\/mp3\/183\/0009_spa_m_capitulo_6_set_y_enoc_183_292.mp3#duration=2754&size=22115524"},{"para_id":"183.347","title":"Cap\u00edtulo 7\u2014El diluvio","mp3":"\/mp3\/183\/0010_spa_m_capitulo_7_el_diluvio_183_347.mp3#duration=3789&size=30392353"},{"para_id":"183.426","title":"Cap\u00edtulo 8\u2014Despu\u00e9s del diluvio","mp3":"\/mp3\/183\/0011_spa_m_capitulo_8_despues_del_diluvio_183_426.mp3#duration=1509&size=12151308"},{"para_id":"183.457","title":"Cap\u00edtulo 9\u2014La semana literal","mp3":"\/mp3\/183\/0012_spa_m_capitulo_9_la_semana_literal_183_457.mp3#duration=1644&size=13229266"},{"para_id":"183.493","title":"Cap\u00edtulo 10\u2014La torre de Babel","mp3":"\/mp3\/183\/0013_spa_m_capitulo_10_la_torre_de_babel_183_493.mp3#duration=1600&size=12877441"},{"para_id":"183.529","title":"Cap\u00edtulo 11\u2014El llamamiento de Abrah\u00e1n","mp3":"\/mp3\/183\/0014_spa_m_capitulo_11_el_llamamiento_de_abrahan_183_529.mp3#duration=1949&size=15669323"},{"para_id":"183.565","title":"Cap\u00edtulo 12\u2014Abrah\u00e1n en Cana\u00e1n","mp3":"\/mp3\/183\/0015_spa_m_capitulo_12_abrahan_en_canaan_183_565.mp3#duration=3795&size=30444869"},{"para_id":"183.642","title":"Cap\u00edtulo 13\u2014La prueba de la fe","mp3":"\/mp3\/183\/0016_spa_m_capitulo_13_la_prueba_de_la_fe_183_642.mp3#duration=2643&size=21224654"},{"para_id":"183.695","title":"Cap\u00edtulo 14\u2014La destrucci\u00f3n de Sodoma","mp3":"\/mp3\/183\/0017_spa_m_capitulo_14_la_destruccion_de_sodoma_183_695.mp3#duration=3808&size=30545810"},{"para_id":"183.772","title":"Cap\u00edtulo 15\u2014El casamiento de Isaac","mp3":"\/mp3\/183\/0018_spa_m_capitulo_15_el_casamiento_de_isaac_183_772.mp3#duration=1620&size=13043426"},{"para_id":"183.841","title":"Cap\u00edtulo 17\u2014Huida y destierro de Jacob","mp3":"\/mp3\/183\/0020_spa_m_capitulo_17_huida_y_destierro_de_jacob_183_841.mp3#duration=2691&size=21607444"},{"para_id":"183.901","title":"Cap\u00edtulo 18\u2014La noche de lucha","mp3":"\/mp3\/183\/0021_spa_m_capitulo_18_la_noche_de_lucha_183_901.mp3#duration=2030&size=16320038"},{"para_id":"183.946","title":"Cap\u00edtulo 19\u2014El regreso a Cana\u00e1n","mp3":"\/mp3\/183\/0022_spa_m_capitulo_19_el_regreso_a_canaan_183_946.mp3#duration=2481&size=19928551"},{"para_id":"183.1003","title":"Cap\u00edtulo 20\u2014Jos\u00e9 en Egipto","mp3":"\/mp3\/183\/0023_spa_m_capitulo_20_jose_en_egipto_183_1003.mp3#duration=2575&size=20681785"},{"para_id":"183.1051","title":"Cap\u00edtulo 21\u2014Jos\u00e9 y sus hermanos","mp3":"\/mp3\/183\/0024_spa_m_capitulo_21_jose_y_sus_hermanos_183_1051.mp3#duration=5063&size=40588010"},{"para_id":"183.1165","title":"Cap\u00edtulo 22\u2014Mois\u00e9s","mp3":"\/mp3\/183\/0025_spa_m_capitulo_22_moises_183_1165.mp3#duration=3920&size=31442377"},{"para_id":"183.1244","title":"Cap\u00edtulo 23\u2014Las plagas de Egipto","mp3":"\/mp3\/183\/0026_spa_m_capitulo_23_las_plagas_de_egipto_183_1244.mp3#duration=4264&size=34193796"},{"para_id":"183.1333","title":"Cap\u00edtulo 24\u2014La pascua","mp3":"\/mp3\/183\/0027_spa_m_capitulo_24_la_pascua_183_1333.mp3#duration=1704&size=13711199"},{"para_id":"183.1368","title":"Cap\u00edtulo 25\u2014El \u00e9xodo","mp3":"\/mp3\/183\/0028_spa_m_capitulo_25_el_exodo_183_1368.mp3#duration=2439&size=19596098"},{"para_id":"183.1420","title":"Cap\u00edtulo 26\u2014Del Mar Rojo al Sina\u00ed","mp3":"\/mp3\/183\/0029_spa_m_capitulo_26_del_mar_rojo_al_sinai_183_1420.mp3#duration=3447&size=27660555"},{"para_id":"183.1486","title":"Cap\u00edtulo 27\u2014La ley dada a Israel","mp3":"\/mp3\/183\/0030_spa_m_capitulo_27_la_ley_dada_a_israel_183_1486.mp3#duration=3866&size=31010192"},{"para_id":"183.1573","title":"Cap\u00edtulo 28\u2014La idolatr\u00eda en el Sina\u00ed","mp3":"\/mp3\/183\/0031_spa_m_capitulo_28_la_idolatria_en_el_sinai_183_1573.mp3#duration=4304&size=34517463"},{"para_id":"183.1659","title":"Cap\u00edtulo 29\u2014La enemistad de Satan\u00e1s hacia la ley","mp3":"\/mp3\/183\/0032_spa_m_capitulo_29_la_enemistad_de_satanas_hacia_la_ley_183_1659.mp3#duration=3322&size=26653080"},{"para_id":"183.1728","title":"Cap\u00edtulo 30\u2014El tabern\u00e1culo y sus servicios","mp3":"\/mp3\/183\/0033_spa_m_capitulo_30_el_tabernaculo_y_sus_servicios_183_1728.mp3#duration=4226&size=33888857"},{"para_id":"183.1815","title":"Cap\u00edtulo 31\u2014El pecado de Nadab y Abi\u00fa","mp3":"\/mp3\/183\/0034_spa_m_capitulo_31_el_pecado_de_nadab_y_abiu_183_1815.mp3#duration=1120&size=9042271"},{"para_id":"183.1835","title":"Cap\u00edtulo 32\u2014La ley y los dos pactos","mp3":"\/mp3\/183\/0035_spa_m_capitulo_32_la_ley_y_los_dos_pactos_183_1835.mp3#duration=3202&size=25699451"},{"para_id":"183.1896","title":"Cap\u00edtulo 33\u2014Del Sina\u00ed a Cades","mp3":"\/mp3\/183\/0036_spa_m_capitulo_33_del_sinai_a_cades_183_1896.mp3#duration=3789&size=30391389"},{"para_id":"183.1969","title":"Cap\u00edtulo 34\u2014Los doce esp\u00edas","mp3":"\/mp3\/183\/0037_spa_m_capitulo_34_los_doce_espias_183_1969.mp3#duration=2420&size=19439847"},{"para_id":"183.2015","title":"Cap\u00edtulo 35\u2014La rebeli\u00f3n de Cor\u00e9","mp3":"\/mp3\/183\/0038_spa_m_capitulo_35_la_rebelion_de_core_183_2015.mp3#duration=3306&size=26529399"},{"para_id":"183.2078","title":"Cap\u00edtulo 36\u2014En el desierto","mp3":"\/mp3\/183\/0039_spa_m_capitulo_36_en_el_desierto_183_2078.mp3#duration=1343&size=10823274"},{"para_id":"183.2106","title":"Cap\u00edtulo 37\u2014La roca herida","mp3":"\/mp3\/183\/0040_spa_m_capitulo_37_la_roca_herida_183_2106.mp3#duration=2705&size=21717563"},{"para_id":"183.2155","title":"Cap\u00edtulo 38\u2014El viaje alrededor de Edom","mp3":"\/mp3\/183\/0041_spa_m_capitulo_38_el_viaje_alrededor_de_edom_183_2155.mp3#duration=3374&size=27070569"},{"para_id":"183.2218","title":"Cap\u00edtulo 39\u2014La conquista de Bas\u00e1n","mp3":"\/mp3\/183\/0042_spa_m_capitulo_39_la_conquista_de_basan_183_2218.mp3#duration=1491&size=12010395"},{"para_id":"183.2245","title":"Cap\u00edtulo 40\u2014Balaam","mp3":"\/mp3\/183\/0043_spa_m_capitulo_40_balaam_183_2245.mp3#duration=3734&size=29956212"},{"para_id":"183.2323","title":"Cap\u00edtulo 41\u2014La apostas\u00eda a orillas del Jord\u00e1n","mp3":"\/mp3\/183\/0044_spa_m_capitulo_41_la_apostasia_a_orillas_del_jordan_183_2323.mp3#duration=2566&size=20611773"},{"para_id":"183.2370","title":"Cap\u00edtulo 42\u2014La repetici\u00f3n de la ley","mp3":"\/mp3\/183\/0045_spa_m_capitulo_42_la_repeticion_de_la_ley_183_2370.mp3#duration=2006&size=16130513"},{"para_id":"183.2409","title":"Cap\u00edtulo 43\u2014La muerte de Mois\u00e9s","mp3":"\/mp3\/183\/0046_spa_m_capitulo_43_la_muerte_de_moises_183_2409.mp3#duration=2895&size=23236800"},{"para_id":"183.2461","title":"Cap\u00edtulo 44\u2014El cruce del Jord\u00e1n","mp3":"\/mp3\/183\/0047_spa_m_capitulo_44_el_cruce_del_jordan_183_2461.mp3#duration=1718&size=13822706"},{"para_id":"183.2492","title":"Cap\u00edtulo 45\u2014La ca\u00edda de Jeric\u00f3","mp3":"\/mp3\/183\/0048_spa_m_capitulo_45_la_caida_de_jerico_183_2492.mp3#duration=3187&size=25574480"},{"para_id":"183.2552","title":"Cap\u00edtulo 46\u2014Las bendiciones y las maldiciones","mp3":"\/mp3\/183\/0049_spa_m_capitulo_46_las_bendiciones_y_las_maldiciones_183_2552.mp3#duration=1137&size=9173508"},{"para_id":"183.2575","title":"Cap\u00edtulo 47\u2014La alianza con los Gabaonitas","mp3":"\/mp3\/183\/0050_spa_m_capitulo_47_la_alianza_con_los_gabaonitas_183_2575.mp3#duration=1535&size=12363151"},{"para_id":"183.2605","title":"Cap\u00edtulo 48\u2014La repartici\u00f3n de Cana\u00e1n","mp3":"\/mp3\/183\/0051_spa_m_capitulo_48_la_reparticion_de_canaan_183_2605.mp3#duration=3325&size=26683063"},{"para_id":"183.2671","title":"Cap\u00edtulo 49\u2014Las \u00faltimas palabras de Josu\u00e9","mp3":"\/mp3\/183\/0052_spa_m_capitulo_49_las_ultimas_palabras_de_josue_183_2671.mp3#duration=1108&size=8943312"},{"para_id":"183.2697","title":"Cap\u00edtulo 50\u2014Los diezmos y las ofrendas","mp3":"\/mp3\/183\/0053_spa_m_capitulo_50_los_diezmos_y_las_ofrendas_183_2697.mp3#duration=1344&size=10835457"},{"para_id":"183.2725","title":"Cap\u00edtulo 51\u2014Dios cuida de los pobres","mp3":"\/mp3\/183\/0054_spa_m_capitulo_51_dios_cuida_de_los_pobres_183_2725.mp3#duration=1706&size=13729178"},{"para_id":"183.2765","title":"Cap\u00edtulo 52\u2014Las fiestas anuales","mp3":"\/mp3\/183\/0055_spa_m_capitulo_52_las_fiestas_anuales_183_2765.mp3#duration=1492&size=12018466"},{"para_id":"183.2804","title":"Cap\u00edtulo 53\u2014Los primeros jueces","mp3":"\/mp3\/183\/0056_spa_m_capitulo_53_los_primeros_jueces_183_2804.mp3#duration=4003&size=32105094"},{"para_id":"183.2897","title":"Cap\u00edtulo 54\u2014Sans\u00f3n","mp3":"\/mp3\/183\/0057_spa_m_capitulo_54_sanson_183_2897.mp3#duration=2421&size=19450955"},{"para_id":"183.2949","title":"Cap\u00edtulo 55\u2014El ni\u00f1o Samuel","mp3":"\/mp3\/183\/0058_spa_m_capitulo_55_el_nino_samuel_183_2949.mp3#duration=1620&size=13036461"},{"para_id":"183.2983","title":"Cap\u00edtulo 56\u2014El\u00ed y sus hijos","mp3":"\/mp3\/183\/0059_spa_m_capitulo_56_eli_y_sus_hijos_183_2983.mp3#duration=1698&size=13661161"},{"para_id":"183.3017","title":"Cap\u00edtulo 57\u2014El arca tomada por los Filisteos","mp3":"\/mp3\/183\/0060_spa_m_capitulo_57_el_arca_tomada_por_los_filisteos_183_3017.mp3#duration=2947&size=23653999"},{"para_id":"183.3088","title":"Cap\u00edtulo 58\u2014Las escuelas de los profetas","mp3":"\/mp3\/183\/0061_spa_m_capitulo_58_las_escuelas_de_los_profetas_183_3088.mp3#duration=2426&size=19490263"},{"para_id":"183.3142","title":"Cap\u00edtulo 59\u2014El primer rey de Israel","mp3":"\/mp3\/183\/0062_spa_m_capitulo_59_el_primer_rey_de_israel_183_3142.mp3#duration=3793&size=30426424"},{"para_id":"183.3226","title":"Cap\u00edtulo 60\u2014La presunci\u00f3n de Sa\u00fal","mp3":"\/mp3\/183\/0063_spa_m_capitulo_60_la_presuncion_de_saul_183_3226.mp3#duration=2326&size=18689031"},{"para_id":"183.3278","title":"Cap\u00edtulo 61\u2014Sa\u00fal rechazado","mp3":"\/mp3\/183\/0064_spa_m_capitulo_61_saul_rechazado_183_3278.mp3#duration=2700&size=21682738"},{"para_id":"183.3342","title":"Cap\u00edtulo 62\u2014El ungimiento de David","mp3":"\/mp3\/183\/0065_spa_m_capitulo_62_el_ungimiento_de_david_183_3342.mp3#duration=1098&size=8860137"},{"para_id":"183.3363","title":"Cap\u00edtulo 63\u2014David y Goliat","mp3":"\/mp3\/183\/0066_spa_m_capitulo_63_david_y_goliat_183_3363.mp3#duration=1594&size=12828684"},{"para_id":"183.3396","title":"Cap\u00edtulo 64\u2014David fugitivo","mp3":"\/mp3\/183\/0067_spa_m_capitulo_64_david_fugitivo_183_3396.mp3#duration=2935&size=23558737"},{"para_id":"183.3465","title":"Cap\u00edtulo 65\u2014La magnanimidad de David","mp3":"\/mp3\/183\/0068_spa_m_capitulo_65_la_magnanimidad_de_david_183_3465.mp3#duration=3420&size=27443150"},{"para_id":"183.3540","title":"Cap\u00edtulo 66\u2014La muerte de Sa\u00fal","mp3":"\/mp3\/183\/0069_spa_m_capitulo_66_la_muerte_de_saul_183_3540.mp3#duration=1636&size=13165614"},{"para_id":"183.3576","title":"Cap\u00edtulo 67\u2014La magia antigua y moderna","mp3":"\/mp3\/183\/0070_spa_m_capitulo_67_la_magia_antigua_y_moderna_183_3576.mp3#duration=1751&size=14086544"},{"para_id":"183.3613","title":"Cap\u00edtulo 68\u2014David en Siclag","mp3":"\/mp3\/183\/0071_spa_m_capitulo_68_david_en_siclag_183_3613.mp3#duration=1783&size=14345081"},{"para_id":"183.3654","title":"Cap\u00edtulo 69\u2014David llevado al trono","mp3":"\/mp3\/183\/0072_spa_m_capitulo_69_david_llevado_al_trono_183_3654.mp3#duration=1488&size=11979925"},{"para_id":"183.3684","title":"Cap\u00edtulo 70\u2014El reinado de David","mp3":"\/mp3\/183\/0073_spa_m_capitulo_70_el_reinado_de_david_183_3684.mp3#duration=3007&size=24139828"},{"para_id":"183.3770","title":"Cap\u00edtulo 71\u2014El pecado de David y su arrepentimiento","mp3":"\/mp3\/183\/0074_spa_m_capitulo_71_el_pecado_de_david_y_su_arrepentimiento_183_3770.mp3#duration=2790&size=22399043"},{"para_id":"183.3833","title":"Cap\u00edtulo 72\u2014La rebeli\u00f3n de Absal\u00f3n","mp3":"\/mp3\/183\/0075_spa_m_capitulo_72_la_rebelion_de_absalon_183_3833.mp3#duration=4957&size=39736322"},{"para_id":"183.3942","title":"Cap\u00edtulo 73\u2014Los \u00faltimos a\u00f1os de David","mp3":"\/mp3\/183\/0076_spa_m_capitulo_73_los_ultimos_anos_de_david_183_3942.mp3#duration=3283&size=26343214"}]