Hijas De Dios

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Capítulo 19—La paternidad

Elena G. de White escribió hermosas declaraciones referentes al valor de la familia, el hogar y los hijos. Reconocía plenamente su importancia. Al mismo tiempo también comprendía la importancia de que los jóvenes que se preparaban para el matrimonio tomaran en consideración lo que significa tener hijos y criarlos para que lleguen a ser todo aquello que Dios y sus padres desean para ellos.

Consejos en relación a llegar a ser padres—Los que asumen las responsabilidades de la paternidad deben primero considerar si podrán rodear a sus hijos de las debidas influencias. El hogar es tanto una iglesia de familia como una escuela de familia. La atmósfera del hogar debe ser tan espiritual, que todos los miembros de la misma—los padres y los hijos—, resulten bendecidos por su asociación mutua... HD99 213.1

Muchos de los que entran en la relación matrimonial no se dan cuenta de todas las sagradas responsabilidades que trae aparejadas la maternidad. Muchos carecen tristemente de capacidad disciplinaria. En muchos hogares hay poca disciplina, y a los niños se les permite hacer lo que quieran. Tales niños andan a la deriva de aquí para allá; no hay nadie en el hogar capaz de dirigirlos correctamente, nadie que pueda sentar los debidos fundamentos que debe gobernar su futura educación... Los niños que están rodeados por estas condiciones desafortunadas son dignos de lástima. Si no se les proporciona la oportunidad de recibir la debida preparación fuera del hogar, se los priva de muchos privilegios que, por derecho, todo niño debe tener. Esta es la luz que se me ha presentado. HD99 213.2

Los que son incapaces de educar a sus hijos correctamente, no debieran haber asumido jamás la responsabilidad de la paternidad. Pero debido a su juicio equivocado, ¿no haremos ningún esfuerzo para ayudar a sus pequeñuelos a formar caracteres correctos? Dios desea que tratemos estos problemas con cordura.—Mensajes Selectos 3:214-215 (1904). HD99 214.1

Cuidadosos al asumir las responsabilidades de la paternidad—Los padres deben considerar esto. Deben comprender los principios que constituyen la base del cuidado y la educación de los hijos. Deben ser capaces de criarlos con buena salud física, mental y moral. Deben estudiar las leyes de la naturaleza. Deben familiarizarse con el organismo del cuerpo humano. Necesitan entender las funciones de los varios órganos y su mutua relación y dependencia. Deben estudiar la relación de las facultades mentales con las físicas y las condiciones requeridas para el funcionamiento sano de cada una de ellas. Asumir las responsabilidades de la paternidad sin una preparación tal es pecado.—El Ministerio de Curación, 294 (1905). HD99 214.2

Las mujeres deben considerar sus responsabilidades con Dios—Varias hermanas me han escrito pidiendo mi consejo acerca de si las esposas de los ministros debieran adoptar niños. ¿Les aconsejaría a ellas asumir esa clase de tarea? A algunas de ellas que miraban favorablemente esta posibilidad les respondí: No; el Señor quiere que usted ayude a su esposo en la obra. Si el Señor no le ha dado hijos propios, no debe cuestionar su sabiduría. El sabe lo que es mejor. Consagre todos sus talentos a ser una obrera cristiana. Usted puede ayudar a su esposo de muchas maneras; puede ayudarlo directamente en su trabajo; puede mejorar su intelecto; puede ser una buena ama de casa usando las habilidades que Dios le ha dado, y sobre todo, puede ayudarle a dar el mensaje. HD99 214.3

Hay mujeres que debieran trabajar en el ministerio evangélico. En muchos aspectos pueden hacer aun mejor que los ministros que a veces descuidan visitar el rebaño del Señor. Cuando sea posible, ambos esposos debieran unirse en ese trabajo. Hay un camino abierto para el trabajo de mujeres consagradas. Pero el enemigo se alegraría si estas mujeres a quienes Dios podría usar para ayudar a centenares de personas, dedicaran su tiempo y esfuerzos a una sola criatura que requiere constante cuidado y atención.—Manuscript Releases 5:325-326 (1898). HD99 214.4