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Se preserva la identidad de los redimidos

La resurrección de Cristo fue una figura de la resurrección final de todos los que duermen en él. El semblante del Salvador resucitado, sus modales y su habla eran familiares para sus discípulos. Así como Jesús resucitó de los muertos, han de resucitar los que duermen en él. Conoceremos a nuestros amigos como los discípulos conocieron a Jesús. Pueden haber estado deformados, enfermos o desfigurados en esta vida mortal, y levantarse con perfecta salud y simetría; sin embargo, en el cuerpo glorificado su identidad será perfectamente conservada.—El Deseado de Todas las Gentes, 744 (1898). EUD92 295.1

Saldrá la misma forma, pero estará liberada de enfermedades y de todo defecto. Vive otra vez con los mismos rasgos individuales, de modo que el amigo reconocerá al amigo.—Comentario Bíblico Adventista 6:1093 (1900). EUD92 295.2

Allí conoceremos como somos conocidos. Allí hallarán aplicación más dulce y verdadera el amor y las simpatías que Dios ha implantado en el alma.—La Educación, 296 (1903). EUD92 295.3