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Crimen, hambres, pestilencia

Satanás está obrando en la atmósfera; la está envenenando, y nosotros dependemos de Dios para la protección de nuestras vidas: de nuestra vida actual y eterna. Y por encontrarnos en la posición en que estamos, necesitamos estar bien despiertos, plenamente consagrados, completamente convertidos y cabalmente dedicados a Dios. Pero al parecer permanecemos inactivos como si estuviésemos paralizados. ¡Dios del cielo, despiértanos!—Mensajes Selectos 2:59 (1890). EUD92 27.1

Dios no ha impedido que los poderes de las tinieblas hagan su obra mortífera de viciar el aire, una de las fuentes de vida y alimento, con elementos mortíferos. No sólo ha sido afectada la vida vegetal, sino que el hombre mismo sufre de pestilencia... Estas cosas son el resultado de gotas de las copas de la ira3 de Dios que caen sobre la tierra, y son pálidas representaciones de lo que acontecerá en el futuro cercano.—Mensajes Selectos 3:446-447 (1891). EUD92 27.2

Aumentarán las hambrunas. Las pestilencias barrerán a miles. A nuestro alrededor hay peligros procedentes de las potencias externas y de las operaciones satánicas de adentro, pero ahora se está ejerciendo el poder restrictivo de Dios.—Manuscript Release 19:382 (1897). EUD92 27.3

Se me ha mostrado que el Espíritu del Señor se está retirando de la tierra. Pronto se les negará el poder protector de Dios a todos los que continúan despreciando sus mandamientos. Diariamente nos llegan informes de transacciones fraudulentas, asesinatos y crímenes de toda clase. La iniquidad se está convirtiendo en un asunto tan común que ya no sacude los sentidos como en un tiempo lo hacía.—Carta 258, 1907. EUD92 28.1