Servicio Cristiano

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El despertar

El llamamiento

Que el mensaje evangélico resuene por nuestras iglesias, llamándolas a una acción universal. Tengan los miembros de la iglesia una fe acrecentada, y contágiense de celo de sus aliados invisibles y celestiales, al tener noticias de sus recursos inagotables, y convencerse de la magnitud de la empresa en que están empeñados, y del poder de su Director. Los que se colocan bajo el control de Dios para ser guiados y dirigidos por él, captarán la marcha firme de los sucesos que él ordenó. Inspirados con el Espíritu de Aquel que dió su vida por la vida del mundo, no continuarán inactivos en la impotencia, se ñalando lo que no pueden hacer. Colocándose la armadura del cielo, avanzarán a la batalla deseosos de hacer cosas osadas en favor de Dios, sabiendo que la omnipotencia divina suplirá su necesidad.—Testimonies for the Church 7:14. SC 98.1

¡Despertaos! La batalla prosigue. La verdad y el error se acercan a su final conflicto. Marchemos bajo la bandera ensangrentada del Príncipe Emmanuel, y luchemos la buena batalla de la fe, para lograr honores eternos; porque la verdad triunfará, y nosotros hemos de ser más que victoriosos por Aquel que nos amó. Las preciosas horas del tiempo de gracia están terminando. Asegurémonos la vida eterna, para que podamos glorificar a nuestro Padre celestial, y ser los medios para salvar a las almas por las cuales Cristo murió.—The Review and Herald, 13 de marzo de 1888. SC 98.2