Servicio Cristiano

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La cooperación de los ministros y los miembros laicos

Entrad unidamente en el campo del servicio

Vayan los ministros y los miembros laicos a los campos maduros. Hallarán una cosecha dondequiera que proclamen las verdades olvidadas de la Biblia. Encontrarán personas que acepten la verdad, y que consagrarán su vida a ganar almas para Cristo.—The Signs of the Times, 3 de agosto de 1903. SC 86.1

No es propósito del Señor que se deje a los ministros hacer la mayor parte de la obra de sembrar las semillas de verdad. Hombres que no han sido llamados al ministerio deben ser estimulados a trabajar por el Maestro de acuerdo con sus diversas capacidades. Centenares de hombres y mujeres que están ahora ociosos podrían prestar un servicio aceptable. Proclamando la verdad en los hogares de sus amigos y vecinos, podrían hacer una gran obra para el Maestro.—Joyas de los Testimonios 3:83, 84. SC 86.2

Dios ha dado a sus ministros el mensaje de verdad para que lo proclamen. Las iglesias han de recibirlo, y de toda manera posible comunicarlo, recibiendo y difundiendo los primeros rayos de luz.—Joyas de los Testimonios 3:58. SC 86.3

La hermandad debe elevarse hasta donde se eleva el ministro, secundando así sus esfuerzos al ayudarlo a llevar sus cargas. Así él no se sentirá sobrecargado ni se desanimará. No podrá proyectarse en la iglesia ninguna influencia que resulte duradera a menos que los hermanos se muevan inteligentemente, por principio, para hacer todo lo que esté a su alcance a fin de hacer progresar la obra.—The Review and Herald, 23 de agosto de 1881. SC 86.4