Nuestra Elevada Vocacion

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El privilegio de la seguridad, 11 de marzo

Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones certificados delante de él. 1 Juan 3:19. NEV 78.1

Quisiera impresionar a nuestros jóvenes y señoritas con la necesidad de hacer segura nuestra vocación y elección. Os ruego que no hagáis una obra casual o incierta, cuando vuestros intereses eternos están implicados. Si hacéis asi perdéis la felicidad, la paz, el consuelo y la esperanza en esta vida, y perdéis también vuestra herencia inmortal. NEV 78.2

Jóvenes amigos, estáis destinados al juicio, y mediante la gracia de Cristo debéis rendir obediencia a los mandamientos de Dios, y diariamente obtener fortaleza de carácter, de modo que no falléis o seáis desanimados. Abundante gracia divina ha sido provista para cada alma, para que cada uno pueda entrar en el conflicto, y salir victorioso. No seáis perezosos; no os hagáis la ilusión de que podéis ser salvos andando de acuerdo con los rasgos naturales de vuestro carácter—que podéis derivar con la corriente del mundo, y gratificar y agradar al yo, y todavía ser capaces de soportar las fuerzas del mal en tiempo de crisis, y salir victoriosos cuando la batalla arrecia. ... Debéis aprender cada día a obedecer las órdenes del Capitán de la hueste celestial. NEV 78.3

Mis jóvenes amigos, ¿oráis? ¿Os estáis educando para ofrecer peticiones en demanda de pensamientos puros, aspiraciones santas, con un corazón puro y manos limpias? ¿Estáis educando vuestros labios para cantar alabanzas a Dios, y estáis buscando hacer la voluntad divina? Esta es la clase de educación que será de mayor valor para vosotros. Ella os guiará en la formación de un carácter semejante al de Cristo.—The Youth’s Instructor, 7 de noviembre de 1895. NEV 78.4

No os sentéis en la cómoda silla de Satanás, y no digáis que de nada vale que os esforcéis, porque no podéis dejar de pecar, y que no hay poder en vosotros para vencer. No hay poder en vosotros cuando estáis alejados de Cristo, pero tenéis el privilegio de tener a Cristo morando en vuestro corazón por fe, y él puede vencer el pecado en vosotros cuando cooperáis con sus esfuerzos. ... Podéis ser epístolas vivas, conocidas y leídas por todos los hombres. No debéis ser cartas muertas, sino cartas vivas, que testifiquen ante el mundo que Jesús puede salvar.—The Youth’s Instructor, 29 de junio de 1893. NEV 78.5