Nuestra Elevada Vocacion

363/366

En el círculo interior, 28 de diciembre

El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. Apocalipsis 3:5. NEV 370.1

Queridos jóvenes: ¿podéis mirar hacia adelante con gozosa esperanza y expectación hacia el tiempo cuando el Señor, vuestro Juez justo confiese vuestro nombre ante el Padre y los santos ángeles? La mejor preparación que podéis tener para la segunda venida de Cristo es descansar con fe firme en la gran salvación que nos trajo en su primera venida. Debéis creer en Cristo como en un Salvador personal.—The Youth’s Instructor, 28 de enero de 1897, pp. 26. NEV 370.2

Muchos de nosotros no nos damos cuenta de la relación de convenio en que estamos ante Dios como pueblo suyo. Estamos bajo las obligaciones más solemnes de representar a Dios y a Cristo. Debemos cuidarnos de deshonrar a Dios al profesar ser su pueblo, y luego actuar directamente en forma contraria a su voluntad. Nos estamos preparando para trasladarnos. Entonces actuemos como si nos hubiéramos trasladado. Preparémonos para las mansiones que Cristo ha ido a disponer para aquellos que le aman.—The General Conference Bulletin, 1 de abril de 1903. NEV 370.3

A menos que aquellos que pretenden creer la verdad para este tiempo se sometan a la vida futura, nunca verán al Rey en su hermosura. ... Deben cultivar la paciencia, la bondad, la humildad, la benignidad, la simpatía y la tierna compasión de unos hacia otros. Deben quitar toda su esperanza, su falta de cortesía, su disposición no cristiana, porque ninguno de estos atributos negativos son de Cristo. ... Las gracias celestiales y puras se reciben y florecen en la mente, corazón y carácter, únicamente cuando el hombre llega a ser un participante de la naturaleza divina. ... El cielo debe comenzar en la tierra para cada alma que ha de entrar en las mansiones celestiales.—Manuscrito 29, 1892, pp. 6. NEV 370.4

Todo el cielo aprecia las luchas de aquellos que pelean por la corona de la vida eterna, para que puedan ser participantes con Cristo en la ciudad de Dios, cuyas calles son de oro puro, “como vidrio transparente”. Apocalipsis 21:21. Dios quiere que entréis allá; Cristo quiere que entréis; la hueste celestial quiere que entréis. Los ángeles están dispuestos a estar en el círculo exterior, y dejar que aquellos que han sido redimidos por la sangre de Jesús estén en el círculo interior. ... Una corona de gloria espera a todos aquellos que pelean la buena batalla de la fe.—Manuscrito 21, 1895, pp. 7, 8. NEV 370.5