Nuestra Elevada Vocacion

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Un pueblo diferente y peculiar, 5 de diciembre

Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesús. Apocalipsis 14:12. NEV 347.1

El pueblo de Dios debe distinguirse como un pueblo que le sirve plenamente, de todo corazón, que no se honra a sí mismo, y que recuerda que mediante un solemne pacto está comprometido a servir a Dios, y únicamente a él. ... NEV 347.2

Los hijos de Israel debían observar el sábado a través de todas sus generaciones “por pacto perpetuo”. Éxodo 31:16. El sábado no ha perdido nada de su significado. Todavía es la señal entre Dios y su pueblo, y lo será para siempre. Ahora y siempre debemos ser un pueblo distinto y peculiar, libre de toda política mundana, no estorbados por la asociación con aquellos que carecen de sabiduría para discernir los derechos de Dios, tan plenamente establecidos en su ley. NEV 347.3

Debemos demostrar que procuramos trabajar en armonía con el cielo en la preparación de un camino para el Señor. Debemos dar testimonio ante todas las naciones, tribus y lenguas, de que somos un pueblo que ama y teme a Dios, un pueblo que santifica el séptimo día de reposo, y debemos demostrar plenamente que tenemos completa fe en que el Señor ha de regresar pronto en las nubes de los cielos. ... NEV 347.4

“Y no habrá más maldición: ... y sus siervos le servirán: y verán su cara; y su nombre estará en sus frentes”. Apocalipsis 22:3, 4. NEV 347.5

¿Quiénes son éstos?—Son el llamado pueblo de Dios: aquellos que en esta tierra han manifestado su lealtad. ¿Quiénes son ellos?—Aquellos que han guardado los mandamientos de Dios y la fe de Jesús; aquellos que han recibido al crucificado como su Salvador. NEV 347.6

“Y allí no habrá más noche; y no tienen necesidad de lumbre de antorcha, ni de lumbre de sol: porque el Señor Dios los alumbrará: y reinarán para siempre jamás”. vers. 5. “Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad” (vers. 14).—The Review and Herald, 4 de agosto de 1904. NEV 347.7