Nuestra Elevada Vocacion

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¡Regocijaos! 16 de noviembre

Gozaos en el Señor siempre: otra vez digo: Que os gocéis. Por nada estéis afanosos; sino sean notorias vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con hacimiento de gracias. Filipenses 4:4, 6. NEV 328.1

Puede parecer difícil regocijarse en el Señor cuando se está en dificultad, pero perdemos mucho al entregarnos a un espíritu de queja. Es nuestro privilegio tener en nuestros corazones, en todo tiempo la paz de Cristo. No deberíamos permitir ser fácilmente perturbados. Dios nos hace pasar por pruebas y dificultades para probarnos, y si somos pacientes y confiados bajo su período de prueba él nos purificará de toda escoria, y finalmente nos hará aparecer con triunfo y regocijo. Se reservan grandes bendiciones para aquellos que se someten sin quejarse al yugo que Dios desea que lleven. ... NEV 328.2

Que la luz de la verdad brille en vuestra vida. Os preguntáis: ¿Cómo puedo hacer que brille? Si antes de aceptar la verdad erais impacientes e irritables, haced que vuestra vida actual demuestre a aquellos que os rodean que la verdad ha tenido una influencia santificadora en vuestro corazón y carácter, y que en lugar de ser irritables e impacientes, ahora estáis gozosos y no os quejáis. Así rebeláis a Cristo al mundo. ... NEV 328.3

“Dad gracias en todo” (1 Tesalonicenses 5:18) por el poder sustentador de Dios mediante Jesucristo. ... En el momento en que ofrecéis vuestra oración en demanda de ayuda podéis no sentir todo el gozo y la bendición que quisierais experimentar, pero si creéis que Cristo oirá y contestará vuestra petición, la paz de Cristo vendrá. ... NEV 328.4

Si os aferráis a la fortaleza del poderoso Ayudador, y no argüís con vuestro adversario, y nunca os quejáis de Dios, las promesas se cumplirán. La experiencia que obtengáis hoy confiando en él, os ayudará para hacer frente a las dificultades de mañana. Cada día debéis confiar como niñitos y acercaros más a Jesús y al cielo. Al hacer frente a las pruebas y las dificultades diarias con una confianza inconmovible en Dios, probaréis una vez y otra las promesas del cielo, y cada vez aprenderéis una lección de fe. Así obtendréis fortaleza para resistir la tentación, y cuando os vengan las pruebas más duras, estaréis en condiciones de soportarlas.—Manuscrito 8, 1885, pp. 1-3. NEV 328.5