Nuestra Elevada Vocacion

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Dios habla a través del silencio, 5 de noviembre

Yo Juan, vuestro hermano, y participante en la tribulación y en el reino, y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que es llamada Patmos, por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo. Apocalipsis 1:9. NEV 317.1

Al permitir que Juan fuera recluido en la isla de Patmos, Cristo colocó a su discípulo en una posición donde pudo recibir la verdad más preciosa para el esclarecimiento de las iglesias. Lo colocó en soledad, para que su oído y su corazón pudieran ser santificados para recibir esta verdad. ... La persecución de los enemigos de Juan se convirtió en un medio de la gracia. Patmos fué hecha resplandeciente por la gloria de un Salvador resucitado. ... ¡Qué descanso fué para el solitario exilado! Nunca había aprendido tanto de Jesús. Nunca había oído tan exaltada verdad. NEV 317.2

El obrero de Dios a menudo considera esenciales las actividades de la vida para el adelantamiento de la obra. El yo se mezcla con todo lo que se dice y se hace. ... El obrero se considera como una necesidad. Dios dice: “Esta pobre alma me ha perdido de vista a mí y a mi suficiencia. Debo colocar mi luz y mi poder vitalizador en su corazón. Debo prepararlo para que reciba la verdad ungiéndolo con el colirio celestial. El ve demasiadas cosas. Su vista no está fija en mí, su Señor y su Redentor”. NEV 317.3

Algunas veces el Señor se abre camino hacia el alma mediante un proceso doloroso para la humanidad. Se ve obligado a fortificar el alma contra la estimación de sí misma y contra la confianza en sí misma, para que el obrero no considere como virtudes los fracasos y las debilidades de su naturaleza no santificada, y así se arruine por la exaltación de sí mismo. NEV 317.4

Si aquellos que pretenden creer las grandes verdades para este tiempo se prepararan investigando las Escrituras, orando fervientemente, y ejercitando la fe, se colocarían a sí mismos adonde pudieran recibir la luz que tanto anhelan. ... La elocuencia del silencio delante de Dios a menudo es indispensable. Si se mantiene la mente en una excitación continua, se impide que el oído escuche la verdad que el Señor quiere comunicar a sus amados. Cristo aleja a sus hijos de aquello que retiene su atención, para que contemplen su gloria.—Manuscrito 94, 1897, pp. 13, 14. NEV 317.5