Nuestra Elevada Vocacion

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“A cada uno su obra”, 24 de octubre

Como el hombre que partiéndose lejos, dejó su casa, y dió facultad a sus siervos, y a cada uno su obra. Marcos 13:34. NEV 305.1

Tenemos una labor personal, una responsabilidad individual, una cuenta personal que rendir, y es nuestra propia salvación la que debemos asegurar, porque es un asunto de preocupación individual. ... La piedad y la obediencia de otros no nos salvarán ni harán la obra que nosotros deberíamos hacer. Sus esfuerzos nunca se registrarán frente a nuestros nombres como esfuerzos nuestros. ... NEV 305.2

Dios nos ha dejado una obra a cada uno, no el trabajo temporal como plantar, cosechar, sembrar y guardar la cosecha, sino edificar su reino, conducir a las almas al conocimiento de la verdad, y considerar éste como nuestro deber primero y más elevado. Dios tiene derecho sobre nosotros. Nos ha dotado de capacidades y nos ha dado oportunidades, si queremos verlas y aprovecharlas. Ninguno fuera de nosotros individualmente, puede cumplir estas obligaciones hacia Dios. La delincuencia de otros ... no será una excusa para que cualquiera siga su ejemplo, porque Cristo se alza como el único Modelo verdadero, inmaculado, puro, incorrupto. ... NEV 305.3

Hay quienes se asocian para hacer el mal, y piensan que con esto pierden su responsabilidad individual. Pero Dios los considera responsables por cada acto realizado que tienda a contrarrestar la obra de Cristo; ya sea que estén unidos con muchos o con unos pocos, el pecado es el mismo. Somos responsables individualmente. Nosotros mismos debiéramos constituir nuestra preocupación. ¿Estamos edificando el reino de Dios en nuestras palabras y acciones, o lo estamos destruyendo? Cristo nos dice a cada uno: “Sígueme”. Que seamos encontrados seguidores de Jesucristo.—Manuscrito 15, 1885, pp. 6. NEV 305.4

Ahora es nuestra hora de trabajar. Ahora es tiempo de formar caracteres de acuerdo con el Modelo divino. ... Si conocemos a Cristo, lo revelaremos a otros. “Como tú me enviaste al mundo, también los he enviado al mundo”. Juan 17:18. El vino al mundo para representar al Padre, y la obra que nos ha encomendado consiste en representar su carácter. No podemos excusarnos de hacer esta obra.—Carta 42, 1890, pp. 4. NEV 305.5