Nuestra Elevada Vocacion

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Esperanza para el desesperanzado, 21 de enero

Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos; y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Isaías 55:7, 8. NEV 29.1

Ud. piensa que sus errores y transgresiones han sido tan gravosos al Señor, que él no ... lo salvará. Cuanto más se acerque a Jesús, tanto más culpable aparecerá ante sus propios ojos, porque su visión será más clara, y sus imperfecciones serán vistas en un contraste más nítido con su perfecta naturaleza. Pero no se desanime. Esta es una evidencia de que los engaños de Satanás han perdido su poder; de que la influencia vivificante del Espíritu de Dios está surgiendo en Ud., y que su indiferencia y despreocupación están desapareciendo. NEV 29.2

Ningún amor profundo por Jesús puede morar en el corazón de aquellos que no ven ni comprenden su propia pecaminosidad. El alma que es transformada por la gracia, admirará su carácter divino; pero si no vemos nuestra propia deformidad moral, es una evidencia inequívoca de que no hemos tenido una visión de la belleza y excelencia de Cristo. Cuanto menos cosas de estima veamos en nosotros mismos, tanto más veremos para apreciar en la infinita pureza y amor de nuestro Salvador. Una visión de nuestra propia pecaminosidad nos conduce hacia Aquel que puede perdonar. ... NEV 29.3

Dios no trata con nosotros de la manera en que un hombre finito trata con otro. Sus pensamientos son pensamientos de misericordia, amor y tierna compasión. ... El dice: “Yo deshice como a nube tus rebeliones ...”. Isaías 44:22. NEV 29.4

Mire hacia arriba, Ud. que está en dificultades, tentado y desanimado. Mire hacia arriba. Siempre es seguro mirar hacia arriba; mirar hacia abajo resulta fatal. Si Ud. mira hacia abajo, la tierra vacila y se bambolea; debajo de Ud., ninguna cosa es segura. Pero el cielo, por encima de Ud., está en calma y firme, y hay ayuda divina para todo aquel que sube. La mano del Infinito se extiende desde las almenas del cielo para asir la suya en un fuerte apretón. El poderoso Ayudador está cerca para bendecir, levantar y animar a los que más yerran, a los más pecadores, si ellos quieren contemplarlo por fe. Pero el pecador debe contemplarlo.—The Review and Herald, 17 de febrero de 1885, pp. 98. NEV 29.5