Nuestra Elevada Vocacion

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Una escuela para la mente y la conducta, 3 de septiembre

Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos. Apocalipsis 15:3. NEV 254.1

El gran Arquitecto ha formado y preparado las escenas de la naturaleza para que ejerzan una impresión importante sobre el carácter intelectual y moral del hombre. Estas deben ser la escuela de Dios para educar la mente y la conducta. Aquí la mente puede tener un vasto campo de estudio en la manifestación de las obras majestuosas del Infinito. NEV 254.2

Las rocas se encuentran entre las cosas preciosas de la tierra, porque contienen tesoros de sabiduría y conocimiento. En las rocas y las montañas está registrado el hecho de que Dios destruyó a los malvados de la tierra mediante el diluvio.—Manuscrito 73, 1886, pp. 2, 3. NEV 254.3

Los hombres pensaron que eran más sabios que Dios, y demasiado sabios para obedecer ... los estatutos y los preceptos de Jehová. Las cosas ricas de la tierra que Dios les había dado, no los condujeron a la obediencia, sino que los alejaron de ella, porque usaron mal los selectos favores del cielo, y las bendiciones que Dios les había concedido fueron hechas objetos que los indujeron a separarse de Dios. Y debido a que se hicieron satánicos en su naturaleza antes que divinos, el Señor envió el diluvio de agua sobre el mundo antiguo.—Manuscrito 62, 1886, pp. 30, 31. NEV 254.4

Dios es abundante en amor y misericordia; pero de ninguna manera disculpará a aquellos que descuidan la gran salvación que él ha provisto. Los antediluvianos de larga vida fueron borrados de la tierra porque se desentendieron de la ley divina. Dios no volverá a traer aguas de los cielos y de abajo de la tierra como sus armas para ser usadas en la destrucción del mundo, pero cuando dentro de poco su venganza se derrame sobre aquellos que desprecian su autoridad, serán destruidos por el fuego que está oculto en las entrañas de la tierra, puesto en intensa actividad por los fuegos del cielo. Entonces de la tierra purificada surgirá un canto de alabanza: “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás”. Apocalipsis 5:13. “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos”. Y todo aquel que haya hecho de los tesoros celestiales su primera consideración, ... se unirá a los acordes gozosos y triunfantes.—The Review and Herald, 24 de febrero de 1885, pp. 114. NEV 254.5