Nuestra Elevada Vocacion

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¿Quién domina mi vida? 5 de junio

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón: pruébame y reconoce mis pensamientos: y ve si hay en mí camino de perversidad, y guíame en el camino eterno. Salmos 139:23, 24. NEV 164.1

Dios guía a su pueblo hacia adelante, paso a paso. Lo pone en posiciones calculadas para manifestar los motivos del corazón. Algunos permanecen firmes en un punto, pero fallan en el punto siguiente. En cada paso dado hacia adelante el corazón es probado y vuelto a probar una vez más. Si la gente encuentra que su corazón se opone a la recta obra de Dios debiera convencerse de que tiene una obra que hacer para vencer, o bien serán rechazados finalmente por el Señor. NEV 164.2

Este mundo es el lugar de preparación para comparecer ante la presencia de Dios. Aquí las personas mostrarán qué poder influye en su corazón, y rige sus acciones. Si valoran cualquier cosa más que la verdad, sus corazones no están preparados para recibir a Jesús, y en consecuencia, quedarán afuera. Si las personas, cuando son probadas, rehusan sacrificar sus ídolos ... el Espíritu de Dios las abandonará con sus rasgos pecaminosos que no han sido subyugados, al dominio de los ángeles malos. NEV 164.3

Muchos que profesan ser seguidores cristianos no están deseosos de examinar sus corazones para ver si han pasado de la muerte a la vida. Algunos se apoyan en una antigua experiencia, y parecen pensar que una mera profesión de la verdad los salvará, pero la Palabra de Dios revela el terrible hecho de que los tales están gozando de una falsa esperanza. ... NEV 164.4

Jóvenes y ancianos, Dios ahora os está probando. Ahora estáis decidiendo vuestro propio destino eterno. El orgullo, las modas, la conversación insulsa y el egoísmo son males que, si se los fomenta, ahogarán la buena semilla sembrada en vuestros corazones.—The Review and Herald, 8 de abril de 1880. NEV 164.5

Como seguidores cristianos, investiguemos en nuestros corazones como si tuviéramos una vela encendida para ver qué clase de espíritu tenemos en ellos. Para nuestro bien presente y eterno, critiquemos nuestras acciones para ver si pueden permanecer a la luz de la ley de Dios.—Carta 22, 1901. NEV 164.6

Necesitamos a aquellos que quieran seguir plenamente a Cristo, cuya cabeza, manos, oídos y toda facultad y poder estén consagrados a Jesús. No es el poder de los recursos ni el poder del cerebro lo que necesitamos, sino el poder del corazón.—Carta 26, 1880, pp. 4. NEV 164.7