Nuestra Elevada Vocacion

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Gozo en la seguridad, 21 de mayo

Si estuviereis en mí, y mis palabras estuvieren en vosotros, pedid todo lo que quisiereis, y os será hecho. Juan 15:7. NEV 149.1

Son preciosos los privilegios acordados al que permanece en Cristo. ... La preocupación de Cristo circunda a sus fieles seguidores; sus deseos están de acuerdo con su voluntad; sus peticiones son redactadas por su espíritu. Obtienen respuesta a sus oraciones porque piden las bendiciones que él se complace en derramar. NEV 149.2

Pero diariamente se ofrecen miles de oraciones que Dios no puede contestar. Son oraciones sin fe. “Empero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es menester que el que a Dios se allega, crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan”. Hebreos 11:6. Hay oraciones egoístas, que proceden de un corazón que oculta ídolos. ... Hay oraciones petulantes, displicentes, quejosas a causa de las cargas y las preocupaciones de la vida, en lugar de buscar humildemente la gracia que las aligere. Quienes ofrecen estas peticiones, no permanecen en Cristo. No han sometido su voluntad a la voluntad de Dios. No cumplen con la condición de la promesa, y ésta no se cumple para ellos. NEV 149.3

Los que permanecen en Jesús, tienen la seguridad de que Dios los oirá, porque a ellos les complace hacer su voluntad. No ofrecen una oración formal, que es mera palabrería, sino que acuden a Dios con una confianza fervorosa y sencilla, como un hijo a un padre tierno, y derraman ante él la historia de sus dificultades, temores y pecados, y presentan sus necesidades en el nombre de Jesús; se retiran de su presencia gozándose en la seguridad del amor perdonador y de la gracia sustentadora.—The Review and Herald, 11 de septiembre de 1883, pp. 577, 578. NEV 149.4

Sintiendo que Jesús está a vuestro lado, tendréis gozo, esperanza, ánimo y alegría ... en todos vuestros esfuerzos. ... La sabiduría del cielo guiará vuestra mente y sostendrá vuestro espíritu. ... Nunca, nunca os separéis de Jesús. El nunca se separa de vosotros. En la cruz del Calvario ha dado evidencia de su profundo amor por nosotros.. No nos abandona para que peleemos las batallas con nuestra propia fortaleza finita. El nos dice: “No te desampararé, ni te dejaré”. Hebreos 13:5. ... Jesús no nos echa, aun cuando lo aflijamos; él nos ase firmemente. Que vuestro corazón se anime con el amor de Jesús y se ponga en ardiente actividad para gloria suya.—Carta 5b, 1891. NEV 149.5