Mensajes Selectos Tomo 1

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Se refiere la experiencia de Elena G. de White acerca de la cuestión de la puerta cerrada*

Battle Creek, Míchigan,

24 de agosto de 1874

Estimado Hno. Loughborough,

Por la presente testifico, en el temor de Dios, que las acusaciones de Miles Grant, de la Sra. de Burdick y otros, publicadas en la revista Crisis, no son verdaderas. Las declaraciones en cuanto a mi proceder en 1844 son falsas. 1MS 84.1

Junto con mis hermanos y hermanas, después del tiempo pasado en 1844, yo creía firmemente que no se convertirían más pecadores. Pero nunca tuve una visión de que no se convertirían más pecadores. Y con claridad y libertad declaro que nadie jamás me oyó decir o ha leído declaraciones de mi pluma que los justifique en las acusaciones que han hecho contra mí en este punto. 1MS 84.2

Fue en mi primer viaje al este, al ir a relatar mis visiones, cuando la preciosa luz acerca del santuario celestial fue expuesta delante de mí, y se me mostró la puerta abierta y cerrada. Creíamos que el Señor vendría pronto en las nubes del cielo. Se me mostró que había una gran obra que hacer en el mundo para los que no habiendo tenido la luz, no la habían rechazado. Nuestros hermanos no podían entender esto debido a nuestra fe en la inmediata aparición de Cristo. Algunos me acusaron de decir que el Señor se tardaba en venir, especialmente los fanáticos. Vi que en 1844 Dios había abierto una puerta que ningún hombre podía cerrar, y cerrado una puerta que ningún hombre podía abrir. Los que rechazaron la luz que fue dada al mundo por el mensaje del segundo ángel quedaron en tinieblas, y cuán grandes eran esas tinieblas. 1MS 84.3

Nunca he declarado ni escrito que el mundo fue sentenciado o condenado. En ninguna circunstancia, nunca he usado ese lenguaje para nadie, no importa cuán pecador fuera. Siempre he tenido mensajes de reproche para los que usaban esas expresiones ásperas.—Carta 2, 1874. 1MS 84.4