Mensajes Selectos Tomo 1

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Capítulo 3—Actitudes acerca de los Testimonios

Una declaración temprana

Vi el estado de algunos que se adherían a la verdad presente pero que no hacían caso de las visiones—la forma que el Señor había escogido para enseñar, en algunos casos, a los que erraban en la verdad bíblica. Vi que los que atacaban las visiones no atacaban al gusano—al débil instrumento mediante el cual hablaba Dios—sino al Espíritu Santo. Vi que era una cosa pequeña hablar contra el instrumento, pero que era peligroso menospreciar las palabras de Dios. Vi que si ellos estaban en error y Dios quería mostrarles sus errores por medio de visiones, y ellos desdeñaban las enseñanzas de Dios por medio de visiones, quedarían abandonados para que siguieran sus propios caminos y corrieran en la senda del error y pensaran que estaban en lo correcto hasta que se dieran cuenta demasiado tarde. Entonces, en el tiempo de angustia, los oí clamar a Dios en agonía: “¿Por qué no nos mostraste nuestro error para que pudiéramos haber hecho lo correcto y hubiéramos estado listos para este tiempo?” Entonces un ángel los señaló y dijo: “Mi Padre enseñó, pero no quisisteis ser enseñados. Habló mediante visiones, pero desdeñasteis su voz y él os abandonó a vuestros propios caminos para que estuvierais satisfechos con vuestras propias obras” (Volante, To Those Who Are Receiving the Seal of the Living God, [A los que están recibiendo el sello del Dios vivo], folleto del 31 de enero de 1849). 1MS 45.1