Mensajes Selectos Tomo 1

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No transijáis con el pecado

Sed muy cuidadosos, mis hermanos, en cuanto a la forma de presentar el tema de la fe y las obras ante los oyentes, no sea que las mentes se confundan. La gente necesita que se la inste a ser diligente en buenas obras. Debiera mostrársele cómo tener éxito, cómo ser purificada, y sus ofrendas serán fragantes delante de Dios. Esto es por virtud de la sangre de Cristo. Deben presentarse a la gente mensajes de un carácter decidido. Los hombres deben ir reprobando y reprochando toda forma de mal. 1MS 445.1

Si se da al ángel de cualquier iglesia una comisión como la que fue dada al ángel de la Iglesia de Efeso, óigase el mensaje mediante instrumentos humanos que reprochen el descuido, la apostasía y el pecado a fin de que la gente sea inducida al arrepentimiento y a la confesión del pecado. Nunca tratéis de ocultar el pecado, pues en el mensaje de reproche Cristo ha de ser proclamado como el primero y el último, como Aquel que es todo y en todo para el alma. 1MS 445.2

El poder de Cristo está a la disposición de los que quieren vencer. El que reprocha ha de animar a sus oyentes de modo que se esfuercen en procura de la victoria. Ha de animarlos para que luchen en procura de la liberación de cada práctica pecaminosa, que queden liberados de cada hábito corrupto, aun cuando su negación del yo les sea como arrancarse el ojo derecho o cortarse del cuerpo el brazo derecho. No se debe hacer ninguna concesión a los malos hábitos o prácticas pecaminosas ni se debe transigir con ellos.—Manuscrito 26a, 1892. 1MS 445.3