Mensajes Selectos Tomo 1

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Un mensaje de Dios(2)

El mensaje presente, la justificación por la fe, es un mensaje de Dios. Lleva las credenciales divinas porque su fruto es para santidad. Tememos que algunos que necesitan grandemente la preciosa verdad que fue presentada ante ellos, no hayan recibido su beneficio. No abrieron la puerta de su corazón a Jesús para darle la bienvenida como a un huésped celestial y han sufrido una gran pérdida. Ciertamente, hay un sendero estrecho por el que debemos caminar; la cruz se presenta en cada paso. Debemos aprender a vivir por fe. Entonces las horas más oscuras serán iluminadas por los benditos rayos del Sol de justicia. 1MS 421.1

No estaremos seguros si dejarnos de escudriñar las Escrituras diariamente en procura de luz y conocimiento. Las bendiciones terrenales no pueden ser obtenidas sin esfuerzo, y ¿podemos esperar que las bendiciones espirituales y celestiales vendrán sin que haya un esfuerzo ferviente de nuestra parte? Han de ser trabajadas las minas de la verdad. Dice el salmista: “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples”. Salmos 119:130. La Palabra de Dios no debe ser mantenida lejos de nuestra vida. Debe ser recibida en la mente, debe dársele la bienvenida en el corazón y debe ser albergada, amada y obedecida. También necesitamos mucho más conocimiento. Necesitamos ser iluminados acerca del plan de salvación. No hay uno en cien que entienda por sí mismo la verdad bíblica sobre este tema que es tan necesario para nuestro bienestar presente y eterno. Cuando comienza a brillar la luz para hacer claro el plan de la redención a la gente, el enemigo obra con toda diligencia para que la luz sea apartada del corazón de los hombres. Si nos acercamos a la Palabra de Dios con un espíritu dócil y humilde, será barrida la escoria del error, y las gemas de la verdad, largo tiempo ocultas de nuestros ojos, serán descubiertas. 1MS 421.2

Hay gran necesidad de que Cristo sea predicado como la única esperanza y salvación. Cuando la doctrina de la justificación por la fe fue presentada en la reunión de Roma, llegó a muchos como el agua que recibe el viajero sediento. El pensamiento de que nos es imputada la justicia de Cristo, no debido a ningún mérito de nuestra parte sino como una dádiva gratuita de Dios, pareció un pensamiento precioso.—The Review and Herald, 3 de septiembre de 1889. 1MS 422.1