Mensajes Selectos Tomo 1

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Haciendo frente a la tentación

Cuando Jesús fue guiado al desierto para ser tentado, fue guiado por el Espíritu de Dios. El no provocó la tentación. Fue al desierto para estar solo, para contemplar su misión y obra. Ayunando y orando había de fortalecerse para el sangriento sendero que debía recorrer. ¿Cómo debía comenzar su obra de libertar a los cautivos retenidos en el tormento por el destructor? Durante su largo ayuno, fue presentado delante de él todo el plan de su obra como libertador del hombre. 1MS 266.2

Cuando Jesús fue al desierto, fue circuido por la gloria del Padre. Completamente entregado a la comunión con Dios, fue elevado por encima de la debilidad humana. Pero se retiró la gloria y fue dejado para luchar con la tentación. Ella lo oprimió cada momento. Su naturaleza humana rehuía el conflicto que lo aguardaba. Ayunó y oró durante cuarenta días. Débil y extenuado por el hambre, agotado y macilento con agonía mental, “fue desfigurado de los hombres su parecer, y su hermosura más que la de los hijos de los hombres”. Isaías 52:14. Entonces llegó la oportunidad de Satanás. Entonces éste supuso que podía vencer a Cristo. 1MS 267.1

Como si hubiera sido en respuesta a sus oraciones, vino al Salvador uno en figura de un ángel de luz y éste fue el mensaje que dio: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. Mateo 4:3. 1MS 267.2

Jesús hizo frente a Satanás con las palabras: “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. Mateo 4:4. La Palabra de Dios fue el arma de su lucha en cada tentación. Satanás demandó un milagro de Cristo como una señal de su divinidad. Pero lo que es mayor que todos los milagros, una firme dependencia de un “Así dice Jehová”, fue una señal que no podía ser controvertida. Mientras Cristo se aferró a esa posición, el tentador no pudo obtener ninguna ventaja. 1MS 267.3

Nuestra única esperanza es que estemos familiarizados con la Palabra de Dios. Los que diligentemente escudriñan las Escrituras, no aceptarán los engaños de Satanás como la verdad de Dios. Nadie debe ser vencido por las especulaciones presentadas por el enemigo de Dios y de Cristo. No hemos de especular en cuanto a puntos que calla la Palabra de Dios. Todo lo que es necesario para nuestra salvación es presentado en la Palabra de Dios. Día tras día, hemos de hacer de la Biblia nuestro consejero. 1MS 267.4

Desde toda la eternidad, Cristo estuvo unido con el Padre, y cuando se revistió de la naturaleza humana, siguió siendo uno con Dios. El es el vínculo que une a Dios con la humanidad. “Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo”. Hebreos 2:14. Únicamente mediante él podemos llegar a ser hijos de Dios. A todos los que creen en él, les da poder para convertirse en hijos de Dios. Así el corazón llega a ser el templo del Dios viviente. Porque Cristo tomó la naturaleza humana es por lo que los hombres y mujeres llegan a ser participantes de la naturaleza divina. El trae a la luz la vida y la inmortalidad por medio del Evangelio. 1MS 267.5