¡Maranata: El Senor Viene!

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La juventud y las drogas, 11 de mayo

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Eclesiastés 11:9. MSV76 137.1

Satanás fue el primer rebelde del universo, y desde su expulsión del cielo, siempre ha estado procurando que cada miembro de la familia humana apostate de Dios, así como él lo hizo. Trazó sus planes para arruinar al hombre, y mediante la indebida complacencia del apetito, lo indujo a transgredir los mandamientos de Dios. Tentó a Adán y a Eva para que comieran del fruto prohibido y así consiguió su caída y expulsión del Edén. Cuántos dicen: “Si yo hubiera estado en el lugar de Adán, nunca habría fallado en una prueba tan simple”. Pero tú, que te jactas así, tienes una gran oportunidad de mostrar tu fortaleza de propósito, tu fidelidad a los principios en la prueba... ¿No ve Dios pecado en tu vida?... MSV76 137.2

Por doquiera Satanás procura atraer a los jóvenes al camino de la perdición, y si puede colocar una vez los pies de ellos en el camino, los apresura en su curso descendente guiándolos de un libertinaje a otro, hasta que sus víctimas pierden la sensibilidad de la conciencia y no tienen más temor de Dios delante de sus ojos. Cada vez tienen menos dominio propio. Se entregan al vino y al alcohol, al tabaco y al opio, y var de un grado de disipación a otro. Son esclavos del apetito. Aprenden a despreciar consejos que una vez respetaron. Se revisten de fanfarronería y se jactan de ser libres, cuando son esclavos de la corrupción. Por libertad quieren decir que son esclavos del egoísmo, del apetito depravado y del libertinaje... MSV76 137.3

Satanás está determinado a que los seres humanos sean sus súbditos, pero Cristo ha pagado un precio infinito para que el hombre pueda ser redimido del enemigo y para que la imagen moral de Dios sea restaurada en la raza caída... MSV76 137.4

Mediante Cristo, los hombres caídos pueden hallar acceso al Padre, pueden tener gracia que los capacite para ser vencedores por los méritos de un Salvador crucificado y resucitado.15La Temperancia, 242, 243. MSV76 137.5