¡Maranata: El Senor Viene!

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Gozo en la obediencia, 12 de marzo

He deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley es mi delicia. Salmos 119:174. MSV76 77.1

El verdadero cristiano jamás se queja de que el yugo de Cristo le produce escozor en el cuello. Considera que servir al Maestro constituye la más genuina libertad. La ley de Dios es su delicia. En lugar de procurar rebajar la norma de los mandamientos divinos para acomodarla a sus propias deficiencias, se esfuerza constantemente por elevar su nivel de perfección. MSV76 77.2

Esta debe ser nuestra experiencia si queremos estar preparados para el día de Dios. Ahora, mientras dura el tiempo de prueba y aún se oye la voz de la misericordia, debemos abandonar nuestros pecados... MSV76 77.3

Dios ha hecho amplia provisión para que podamos estar en pie, perfectos, mediante su gracia, para que nada nos falte mientras esperamos la aparición de nuestro Señor. ¿Estáis listos? ¿Os habéis puesto el vestido de boda? Ese vestido jamás cubrirá el engaño, la impureza, la corrupción o la hipocresía. El ojo de Dios está sobre vosotros. Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Podemos esconder nuestros pecados de los ojos de los hombres, pero no podemos ocultarle nada a nuestro Hacedor. MSV76 77.4

Ni siquiera a su propio Hijo libró Dios, s no que lo entregó para que muriese por nuestras culpas y lo resucitó para nuestra justificación. Por medio de Cristo podemos presentar nuestras peticiones ante el trono de la gracia. Por su intermedio podemos, a pesar de nuestra indignidad, obtener todas las bendiciones espirituales. ¿Iremos a él, para que tengamos vida?23Testimonies for the Church 5:220, 221. MSV76 77.5

La voluntad de Dios se expresa en los preceptos de su sagrada ley, y los principios de esta ley son los principios del cielo. Los ángeles que allí residen no alcanzan conocimiento más alto que el saber la voluntad de Dios, y el hacer esa voluntad es el servicio más alto en que puedan ocupar sus facultades. MSV76 77.6

En el cielo no se sirve con espíritu legalista. Cuando Satanás se reveló contra la ley de Jehová, la noción de que había una ley sorprendió a los ángeles casi como algo en que no habían soñado antes. En su ministerio, los ángeles no son como siervos, sino como hijos. Hay perfecta unidad entre ellos y su Creador. La obediencia no es trabajo penoso para ellos. El amor a Dios hace de su servicio un gozo.24El Discurso Maestro de Jesucristo, 93, 94. MSV76 77.7