¡Maranata: El Senor Viene!

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La victoria de los santos que duermen, 19 de octubre

No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación. Juan 5:28, 29. MSV76 298.1

En la primera resurrección el Dador de la vida llamará a su posesión adquirida, y hasta esa hora de triunfo, cuando resuene la trompeta final y marche ese vasto ejército hacia la victoria eterna, todo santo que duerme estará en un lugar seguro, y será guardado como joya preciosa, a quien Dios conoce por su nombre. Gracias al poder del Salvador que moraba en ellos mientras vivían, y debido a que fueron participantes de la naturaleza divina, serán levantados de entre los muertos.51Carta 65a, 1894. MSV76 298.2

“Vendrá hora” dijo Cristo, “cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y... saldrán”. Juan 5:28, 29. Esa voz resonará en todas las moradas de los muertos; y cada santo que duerme en Jesús despertará y dejará su prisión. Entonces el carácter virtuoso que hemos recibido por medio de la justicia de Cristo, nos vinculará con la verdadera grandeza, del más alto nivel.52The Review and Herald, 20-9-1898. MSV76 298.3

Gloriosa será la victoria de los santos que duermen [en el Señor] en la mañana de la resurrección... El Dador de la vida coronará de inmortalidad a todos los que se levanten del sepulcro.53The Youth’s Instructor, 11-8-1898. MSV76 298.4

Allí está la hueste resucitada. Su último pensamiento se refería a la muerte y sus angustias. Sus ideas postreras tenían que ver con el féretro y la tumba. Pero ahora exclaman: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” 1 Corintios 15:55... Allí están en pie; y reciben el toque final de la inmortalidad cuando salen para encontrarse con el Señor en el aire... Hay dos filas de ángeles, una a cada lado;... entonces la hueste angélica da la nota de victoria y las dos filas de ángeles inician el himno, y la hueste de los redimidos se les une como si ya lo hubieran entonado sobre la tierra; y en realidad, lo han hecho. ¡Oh, qué música! No hay una sola nota discordante. Toda voz proclama: “El Cordero que fue inmolado es digno”. El, por su parte, contempla el resultado de la angustia de su alma y se siente saciado.54Manuscrito 18, 1894. MSV76 298.5