La Voz: Su Educación y Uso Correcto

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Capítulo 25—Formas negativas de hablar

Las más preciosas semillas—Seamos cuidadosos de lo que decimos. Las semillas que se siembran de una mente en otra, debieran ser de la clase más preciosa, no semillas de murmuración y queja.—Manuscrito 18, 1895. VEUC 135.1

Las impresiones erróneas—Nunca podrá ser demasiado cuidadoso de lo que dice, porque las palabras que habla, muestran qué poder controla su mente y su corazón. Si Cristo reina en su corazón, sus palabras revelarán la pureza, la belleza y la fragancia de un carácter moldeado y formado por su voluntad... VEUC 135.2

El Señor requiere que nuestras palabras sean de la mejor calidad; que nuestra lengua sea veraz en todo momento. Cualquier vestigio de mentira es una ofensa a Dios. Toda palabra que hablemos, requiere la más cuidadosa consideración, no sea que extravíe a los que son débiles en la fe. Por la luz que Dios me ha dado, sé que por sus palabras indiscretas, usted ha dejado impresiones equivocadas en las mentes de algunos en Sydney, y se necesitará mucho tiempo, para contrarrestar los efectos de esas impresiones. Lo que usted ha expresado en palabras, no ha sido cierto, sino que ha sido el resultado de su propia imaginación. No siga dependiendo de una espiritualidad falsa.—Carta 69, 1896. VEUC 135.3

Tenemos una herencia preciosa—Dios hará que su pueblo declare al mundo en palabras y en conducta, que no hay atractivos terrenos o posesiones mundanas de valor suficiente, para compensar la pérdida de la herencia celestial. Los que son verdaderamente hijos de luz y del día, no serán vanos o frívolos en su conversación, su vestimenta o su conducta, sino sobrios, contemplativos, ejerciendo constantemente una influencia, que atraiga a las almas al Redentor... VEUC 136.1

Dios manda a todos sus seguidores a que den un testimonio viviente, con un lenguaje inconfundible por medio de su conducta, su vestido y su conversación, en todas las actividades de la vida, para que el poder de la verdadera santidad, sea beneficioso a todos en esta vida y en la vida venidera; esto es lo único que puede satisfacer al alma del receptor.—Testimonies for the Church 4:580, 581. VEUC 136.2

Vidas puras y conversación pura—No debiera pronunciarse imprudentemente, ninguna palabra. Ninguna conversación maliciosa, ninguna charla frívola, ninguna expresión de descontento o insinuación impura, escapará de los labios del que sigue a Cristo. El apóstol Pablo, al escribir, inspirado por el Espíritu Santo, dice: “Ninguna palabra torpe salga de vuestra boca”. Efesios 4:29. Esto quiere significar, no sólo palabras viles, sino cualquier expresión contraria a los santos principios, y a la pura e inmaculada religión. Incluyue las sugerencias impuras y las ocultas insinuaciones al mal. A menos que éstas sean resistidas inmediatamente, conducirán a pecados mayores. VEUC 137.1

Sobre cada familia, sobre cada cristiano individual, descansa el deber de cerrar el camino a las conversaciones impuras. Cuando estamos en compañía de aquellos que se permiten una conversación frívola, es nuestro deber cambiar, si es posible, el tema. Con la ayuda de la gracia de Dios, debiéramos tranquilamente dejar caer una palabra o introducir un tema que cambie el giro de la conversación, hacia un cauce provechoso.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 272 (PP), 236 (ACES). VEUC 137.2

Debemos apoyar la ley y el orden—No se nos pide que desafiemos a las autoridades. Nuestras palabras, sean habladas o escritas, deben ser consideradas cuidadosamente, no sea que por nuestras declaraciones, parezcamos estar en contra de la ley y del orden, y dejemos constancia de ello. No debemos decir ni hacer ninguna cosa, que pudiera cerrarnos innecesariamente el camino. Debemos avanzar en el nombre de Cristo, defendiendo las verdades que se nos encomendaron.—Los Hechos de los Apóstoles, 56, 57 (PP), 58 (ACES). VEUC 137.3

Sólo cosas correctas—Por favor, lea el capítulo 58 de Isaías. En ese capítulo se da una gran luz. La oración ferviente del corazón contrito y humilde, será escuchada y contestada. “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”. Tenemos derecho a esperar esto, si cooperamos con Dios, y consagramos a su cuidado nuestra alma, nuestro cuerpo y nuestro espíritu. Entonces no se escuchará ninguna conversación frívola, ni ninguna mala palabra. La lengua pronunciará cosas correctas.—The Review and Herald, 25 de enero de 1898. VEUC 138.1

El chisme es enemigo de la obra—¡Cuán cuidadosos debiéramos ser, para que nuestras palabras y actos estén en armonía con las sagradas verdades que Dios nos ha encomendado!... Cuando se asocien entre sí, pongan guardia a sus palabras. Que su conversación sea de tal naturaleza, que no tengan necesidad de arrepentirse de ella... Si se pronuncia una palabra perjudicial para el carácter de un amigo o hermano, no estimule nunca este perverso modo de hablar; porque ésta es la obra del enemigo. Recuerde al que habla, que la Palabra de Dios prohibe esta clase de conversación.—The Review and Herald, 25 de febrero de 1904. VEUC 138.2

Los efectos de la conversación impropia—El pecado de la conversación necia es común, entre aquellos que reclaman creer en las verdades más solemnes, jamás dadas a nuestro mundo. Debido a estas conversaciones triviales y frívolas, el Espíritu del Señor es agraviado constantemente. La conversación impropia, es la causa de esa falta de fe y poder entre el pueblo de Dios.—Carta 47, 1897. VEUC 139.1

Ni frivolidad ni trivialidad—Toda frivolidad, toda vulgaridad en la conversación, todo chiste y broma, debilita el alma, y separa el corazón de la oración. Como Pablo, los verdaderos seguidores de Cristo llevarán siempre en su cuerpo, la muerte del Señor Jesús; ellos no pueden tener en mente lo que Cristo sufrió por ellos, y ser frívolos y bromistas al mismo tiempo.—Gospel Workers, 233 (1892). VEUC 139.2

La conversación necia—Pocos se dan cuenta, de que ahuyentan al Espíritu de Dios con sus pensamientos y sentimientos egoístas, y su conversación necia y frívola... Si la gracia de Cristo fuera plantada en sus corazones, e hicieran penetrar sus raíces profundamente en el buen terreno, llevarían frutos de características diferentes por completo... Sólo el poder convertidor de Dios es suficiente, para establecer principios puros en el corazón, para que el maligno no pueda encontrar nada que asaltar... La pureza en la conversación y la verdadera cortesía cristiana, deberían practicarse constantemente.—Carta 74, 1896. VEUC 139.3

Daremos cuenta de cada palabra—¡Cuántas palabras son pronunciadas con liviandad y necedad, en forma de chanzas y de bromas! Esto no sucedería, si los seguidores de Cristo comprendieran la verdad de las palabras: “De toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque, por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.—Comentario Bíblico Adventista 4:1162, 1163. VEUC 140.1

Las palabras no santificadas—El alma nunca se librará a sí misma, para llegar a un claro y profundo conocimiento del amor de Dios, hasta que el habla sea convertida. El poder contrarrestante de las palabras vulgares no santificadas e infieles, es el gran impedimento a nuestras oraciones. Dios se acercará a cada alma que se acerque a él. Pero el Espíritu de Dios se apartará de aquellos que abandonen la presencia de Dios, y entren en la vana conversación, hablando muchas palabras que no tienen peso, ni propósito. La experiencia espiritual de los tales se detendrá abruptamente.—Manuscrito 74, 1897. VEUC 140.2

Una piedra de tropiezo para los pecadores—Este espíritu de referir chanzas y hacer bromas, de liviandad y frivolidad, constituye una piedra de tropiezo para los pecadores, y una piedra de tropiezo peor aún, para los que ceden a las inclinaciones de un corazón no santificado.—El Evangelismo, 465. VEUC 140.3

Los chismes y las tonterías—Las risas frívolas, las chanzas, las bromas, enferman el alma que se alimenta en Cristo. La conversación vulgar y tonta, le resulta dolorosa a Dios. Con corazón humilde, lea detenidamente. 1 Pedro 1:13-18. Aquellos a los que les gusta hablar, debieran velar para que sus palabras sean seleccionadas y bien elegidas. Tenga cuidado de cómo habla. Tenga cuidado de cómo representa la religión que ha aceptado. Es posible que piense que no es pecado chismear y hablar sin sentido, pero esto aflige a su Salvador y entristece a los ángeles del cielo.—Fundamentals of Christian Education, 457. VEUC 141.1

La vana conversación—Escuche las conversaciones vanas y frívolas; escuche la risa, las bromas, los chistes. ¿Es esto imitar al Modelo? Siga escuchando, ¿se menciona el nombre de Jesús? ¿Es la verdad el tema de conversación? ¿Están los oyentes gloriándose en la cruz de Cristo?—Testimonies for the Church 1:505. VEUC 141.2

La exageración al hablar—Nuestros pensamientos producen nuestras palabras, y nuestras palabras tienen una reacción sobre nuestros pensamientos. Si un hombre forma el hábito de usar palabras sagradas reverentemente, adquirirá la costumbre de hablar cuidadosamente, sabiendo que hay un Testigo de cada palabra que pronuncia. Cuando los sentimientos se excitan, y el habla se exagera, el modo de hablar siempre es extremo. Actúa y reacciona sobre nosotros mismos. VEUC 141.3

La Palabra declara que “por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. Mateo 12:37. Si nuestras palabras actúan sobre nosotros, actúan más poderosamente sobre otros. Hay un gran daño que hacen las palabras pronunciadas. Sólo Dios mide y conoce el resultado del modo de hablar descuidado y exagerado. Hay mucha blasfemia efectuada en espíritu.—A Fin de Conocerle, 139. VEUC 142.1

Las frases insensatas y las interjecciones blasfemas—La Palabra de Dios condena también el uso de frases insensatas e interjecciones rayanas en la irreverencia. Condena los cumplidos engañosos, los subterfugios, las exageraciones, las tergiversaciones empleadas en los negocios, comunes también en la vida social y en el mundo comercial. “Mas sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que pasa de esto, de mal procede”. Mateo 5:37. “Como el que enloquece, y echa llamas y saetas y muerte, tal es el hombre que engaña a su amigo, y dice: Ciertamente, lo hice por broma”. Proverbios 26:18, 19. VEUC 142.2

Intimamente ligada a la chismografía está la insinuación velada, la disimulada indirecta por medio de la cual el corazón impuro trata de sugerir el mal, que no se atreve a expresar abiertamente. Se debería enseñar a los jóvenes a evitar todo lo que se parezca a esta mala costumbre, tal como evitarían la lepra.—La Educación, 236. VEUC 142.3

El voto judicial—Ví que las palabras de nuestro Señor: “No juréis en ninguna manera”, no se refieren al voto judicial. “Sino que vuestro ‘sí’ sea ‘sí’, y vuestro ‘no’ sea ‘no’. Lo que pasa de esto, procede del maligno”. Esto se refiere a la conversación común. Algunos exageran al hablar. Algunos juran por su vida; otros juran por su cabeza—tan seguros como que viven; tan seguros como que tienen cabeza. Algunos ponen de testigo al cielo y a la tierra, de que lo que dicen es así. Algunos esperan que Dios les quite la existencia, si lo que dicen no es verdad. Esta es la clase de juramentos comunes, contra los cuales Jesús advierte a sus discípulos.—Testimonies for the Church 1:201. VEUC 143.1