La Verdad acerca de los Angeles

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Los ángeles nos ayudan a hacer lo correcto

[Palabras a la juventud] Aprended a confiar en Dios. Aprended a ir a Aquel que es poderoso para salvar... Decid al querido Salvador cuál es vuestra necesidad. Aquel que ha dicho: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis”, no rechazará vuestra oración, sino que enviará a sus ángeles para guardaros y protegeros de los malos ángeles, y para facilitaros el hacer lo correcto. Así será mucho más fácil que si lo intentáis por vuestras propias fuerzas. Entonces, vuestro sentimiento siempre será: “Le he pedido a Dios que me ayude, y él lo hará. Con su fuerza, voy a hacer lo correcto. No voy a entristecer a los queridos ángeles que Dios ha enviado para guardarme. Nunca voy a tomar un curso de acción que los aparte de mí”.—An Appeal to the Youth, 55-56. VAAn 19.3

Si tratáis de suprimir todo mal pensamiento durante el día, los ángeles de Dios vendrán y morarán con vosotros. Estos ángeles son seres poderosos en fortaleza. Recordad cuando el ángel vino al sepulcro, y los soldados romanos cayeron como muertos por la gloria de su presencia. Si un solo ángel pudo mostrar tal poder, ¿qué hubiera sucedido si todos los ángeles que están con nosotros hubiesen estado presentes? Los ángeles están con nosotros cada día para guardarnos y protegernos de los asaltos del enemigo. VAAn 20.1

No estáis solos en la batalla contra el mal. Si se levantara la cortina, veríais a los ángeles del cielo peleando a vuestro lado. Su cometido es guardar a la juventud. “¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?” Hebreos 1:14. Miles y decenas de miles, millares de millares de ángeles ministran a la juventud.—The Youth’s Instructor, 1 de enero de 1903. VAAn 20.2

Estoy agradecida por haber podido visitar vuestra escuela [el colegio Oakwood]. Por años he hecho lo que ha estado a mi alcance para ayudar a la gente de color, y nunca había visto un trabajo tan bien comenzado como éste. En todas vuestras experiencias, recordad que los ángeles de Dios están a vuestro lado; saben lo que hacéis, y están listos para guardaros. No hagáis nada que pueda disgustarlos. Al trabajar con ellos, este colegio llegará a ser un lugar consagrado. Quiero oír de vuestros éxitos. Todo el cielo está interesado en vuestra actuación. Hagamos todo lo que esté de nuestra parte para ayudarnos mutuamente a obtener la victoria. Vivamos de tal manera, que la luz del cielo pueda brillar en nuestros corazones y mentes y nos capacite para conseguir los tesoros del cielo.—Southern Field Echo, 1 de junio de 1909. VAAn 20.3