La Verdad acerca de los Angeles

44/173

Los constructores de la torre de Babel

Algunos de los descendientes de Noé pronto comenzaron a apostatar... Algunos no creían en la existencia de Dios... Otros creían que Dios existía... Los enemigos de Dios se sentían diariamente reprobados por la conducta justa y la vida piadosa de los que lo amaban, obedecían y exaltaban. Los incrédulos se consultaron y decidieron separarse de los fieles... Viajaron hasta alejarse bastante de ellos, y escogieron una gran planicie para habitar en ella. Construyeron una ciudad, y concibieron la idea de edificar una enorme torre que llegara hasta las nubes, para poder vivir juntos en la ciudad y en la torre, y no ser dispersados jamás. Pensaban que estarían seguros en caso de otro diluvio, pues la torre que iban a construir se elevaría a una altura superior a la que habían alcanzado las aguas en ocasión del diluvio... que serían como dioses y gobernarían a la gente. VAAn 76.1

Se exaltaron a sí mismos frente a Dios. Pero él no permitiría que completaran su obra. La torre alcanzaba ya una gran altura cuando el Señor envió dos ángeles para que los confundieran en su trabajo... Los ángeles confundieron sus lenguas... Después de esto no hubo armonía en su trabajo. Enojados los unos con los otros, sin saber a qué atribuir los malentendidos y las extrañas palabras que oían, abandonaron la obra, se separaron los unos de los otros, y se esparcieron por toda la tierra. Hasta ese momento los hombres habían hablado un solo idioma. Un rayo del cielo, como una señal de la ira divina, destruyó la parte superior de la torre y la arrojó por tierra.—La Historia de la Redención, 74-76. VAAn 76.2