Testimonios para los Ministros

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Sembrando junto a todas las aguas

Debemos sembrar junto a todas las aguas manteniendo nuestras almas en el amor de Dios, trabajando mientras es de día y utilizando los medios que el Señor nos ha dado para realizar cualquier deber que nos venga a la mano. Cualquier cosa que nuestras manos hallen que hacer, hemos de hacerla con alegría; cualquier sacrificio que seamos llamados a realizar, hemos de hacerlo alegremente. Al sembrar junto a todas las aguas, nos daremos cuenta de que “el que siembra generosamente, generosamente también segará”. TM 423.2

“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”. No retrocedáis después que el Espíritu Santo ha sugerido a vuestra mente cuál es vuestro deber. Poned en práctica la decisión, porque ha sido puesta por el Señor. “Y si retrocediere, no agradará a mi alma”. TM 423.3

Significa mucho sembrar junto a todas las aguas; significa impartir constantemente dones y ofrendas. Dios proporcionará facilidades de manera que el mayordomo fiel de los medios que él confió sea provisto con lo suficiente en todas las cosas y pueda abundar para toda buena obra. TM 424.1

La predicación de Cristo

Hay una gran obra que hacer. El mundo no se convertirá por el don de lenguas o por la operación de milagros sino por la predicación de Cristo crucificado. Hay que dejar que el Espíritu Santo actúe. Dios ha puesto instrumentos en nuestras manos y los debemos usar plenamente para hacer su voluntad. Como creyentes tenemos el privilegio de realizar una parte en la promulgación de la verdad para este tiempo. Hasta donde sea posible hemos de emplear los medios y los instrumentos que Dios nos ha dado para presentar la verdad en nuevas localidades. Deben edificarse iglesias para acomodar al pueblo de Dios, para que puedan alzarse como centros de luz que brillen en medio de las tinieblas del mundo... TM 424.2

Dios quiere que hagamos esta otra. El ejemplo de Cristo debe ser seguido por los que pretenden ser sus hijos. Aliviad las necesidades físicas de vuestros semejantes y su gratitud quebrantará las barreras y os permitirá alcanzar sus corazones. Considerad seriamente este asunto. Como iglesias habéis tenido la oportunidad de trabajar como colaboradores de Dios. Si hubierais obedecido la Palabra de Dios, si hubierais emprendido esta labor, habríais sido bendecidos y animados y habríais obtenido una rica experiencia. Os habríais hallado a vosotros mismos, como agentes humanos de Dios, defendiendo fervorosamente un plan de salvación, de restauración. Este plan no sería estático sino dinámico; avanzaría de gracia en gracia y de fuerza en fuerza. TM 424.3

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Cristo buscó a los hombres donde estaban y puso delante de ellos las grandes verdades relativas a su reino. Mientras iba de un lugar a otro, bendecía y consolaba a los que sufrían, y sanaba a los enfermos. Esta es nuestra obra. Dios quiere que aliviemos las necesidades de los indigentes. Porque hay tan poca espiritualidad entre los que pretenden creer la verdad, el Señor no manifiesta su poder en forma más decidida. TM 425.1