Recibiréis Poder

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Sin desórdenes ni fanatismo, 17 de noviembre

Retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. Tito 1:9. RP 332.1

Existe el peligro constante de ir en pos de algo que llega a nuestro medio y que consideramos como la actuación del Espíritu Santo, pero que en realidad es el fruto del espíritu de fanatismo. Mientras permitamos que el enemigo de la verdad nos conduzca por el camino equivocado, no podremos esperar alcanzar con el mensaje del tercer ángel a los que son sinceros de corazón. Debemos ser santificados mediante la obediencia a la verdad. Temo todo lo que tienda a apartar la mente de la sólida evidencia de la verdad como está revelada en la Palabra de Dios. Temo eso; repito que lo temo. Debemos colocar nuestras mentes dentro de los límites de la razón, para que el enemigo no se introduzca y trastorne el orden de las cosas. Hay personas de temperamento excitable que fácilmente son conducidas al fanatismo, y si permitiésemos que en nuestras iglesias se introdujera alguna cosa que indujese a error a tales personas, pronto veríamos esos errores desarrollarse en toda su extensión, y entonces, debido a la conducta de estos elementos desordenados, toda la organización adventista quedaría manchada por un baldón. RP 332.2

He estado estudiando la manera de publicar otra vez algunas de estas experiencias, de modo que un mayor número de nuestros hermanos pueda recibir la información necesaria, porque sé desde hace mucho tiempo que el fanatismo volverá a manifestarse en diferentes formas. Debemos fortalecer nuestra posición estudiando intensamente la Palabra, y evitando todas las rarezas y los ejercicios extraños que con mucha rapidez algunas personas aceptarán y practicarán. Si permitiésemos que la confusión se introdujera en nuestras filas, no podríamos afirmar nuestra obra en la forma debida... RP 332.3

Siento mucho temor de que se introduzca entre nuestro pueblo cualquier cosa de naturaleza fanática. Hay muchísimos que deben ser santificados, pero deben serlo mediante la obediencia al mensaje de verdad.—Mensajes Selectos 2:49-51. RP 332.4